El Ibex-35 ha registrado una caída inicial del 0,8%, situándose a las puertas de los 15.500 puntos. Esta corrección reduce las ganancias acumuladas en el año hasta el 33,7%, poniendo de manifiesto un cambio de humor notable entre los inversores después de meses de rendimiento sólido. La jornada está marcada por el fracaso definitivo de la opa del BBVA sobre el Banc Sabadell. Este hecho ha provocado una reacción diametralmente opuesta en las dos entidades, creando una dinámica única dentro del selectivo:
-BBVA: Es, de lejos, el valor más fuerte de la sesión, con una revalorización espectacular del 7,35%. Los mercados interpretan el giro repentino de la entidad, que anunció la retirada de la oferta después de que el Sabadell rechazara su propuesta final, como un alivio. Los inversores penalizaban la incertidumbre y el coste económico y reputacional que ha supuesto este largo proceso. Su retirada es vista como un retorno a la estabilidad y un enfoque en su negocio central, liberando una fuerte presión compradora contenida.
-Banc Sabadell: En el extremo opuesto, el Sabadell se convierte en el valor que más cae del Ibex-35, con un descenso del 6,53%. Su repentina revalorización de los últimos días, alimentada por los rumores de una posible fusión, se desinfla con la noticia. Los inversores temen que, sin la opción de ser adquirida por una entidad más grande, el banco se enfrente a retos de tamaño en un entorno económico cada vez más competitivo y exigente.
Esta divergencia, sin embargo, no ha sido suficiente para salvar la sesión. La fuerte subida del BBVA no ha podido contrarrestar el peso de las ventas generalizadas en el resto del sector y en valores de gran capitalización. La causa fundamental de las caídas en toda Europa radica en un renovado sentimiento de miedo entre los inversores sobre la salud del sector financiero, especialmente en Estados Unidos. Los datos y las alertas sobre problemas crediticios en algunos bancos regionales americanos, que tienen dificultades para recuperar créditos de algunos de sus mayores prestatarios, han despertado el fantasma de posibles fraudes y una crisis de liquidez. Esto, unido a las tensiones comerciales sin resolver entre Estados Unidos y China, ha creado un cóctel perfecto para la venta de riesgo.
Este clima de incertidumbre global se refleja con claridad en las demás plazas europeas, que abrían la sesión en territorio negativo:
-Frankfurt: -2,07%
-Milán: -1,87%
-Londres: -1,45%
-París: -1,09%
En este escenario, los inversores han buscado refugio en activos tradicionales considerados más seguros:
-Oro: El metal precioso continúa su impresionante rally y se encamina a su novena semana consecutiva de ganancias. Durante la madrugada, alcanzó un nuevo máximo, situándose en los 4.379,93 dólares la onza. En estos momentos, mantiene ganancias de un 0,84%, en los 4.362,5 dólares.
-Deuda pública: La demanda por la deuda española ha subido, haciendo caer el rendimiento del bono a diez años hasta el 3,064%. La prima de riesgo con Alemania se mantiene estable en 53 puntos básicos, una señal de que el mercado no está penalizando específicamente a España en esta crisis de confianza generalizada. Fuera del duelo BBVA-Sabadell, la fotografía del selectivo es ampliamente negativa. De hecho, solo tres valores cotizan en positivo en los primeros compases de la sesión. Las entidades financieras, arrastradas por el contexto global, son las grandes penalizadas:
-Santander: -3,83%
-CaixaBank: -3,06%
-Bankinter: -2,99%
Las grandes compañías industriales y energéticas también ceden terreno:
-Repsol: -1,68%
-Inditex: -1,26%
-Iberdrola: -0,57%
-Telefónica: -0,18%
El mercado anticipa una jornada complicada también al otro lado del Atlántico. Los futuros de los principales indicadores de Wall Street señalan hacia una apertura a la baja, con pérdidas que para el Nasdaq, el índice tecnológico, alcanzan el 0,9%. En el mercado de materias primas, el petróleo Brent de referencia en Europa se deja un 0,28%, en los 60,88 dólares, reflejando las preocupaciones sobre una desaceleración económica global que reduzca la demanda esperada de crédito. En conclusión, la sesión de hoy es un claro recordatorio de la fragilidad de los mercados y de cómo los factores globales pueden eclipsar incluso las noticias corporativas más impactantes a escala local. Mientras el drama BBVA-Sabadell cierra un capítulo, se abren nuevos interrogantes sobre la resistencia de la economía mundial.