Once meses después de la muerte del fundador de Fluidra, Joan Planes, la conexión de la empresa catalana líder mundial en piscinas con los orígenes pirenaicos, en el pequeño pueblo de Estamariu, continúan siendo fuertes. La Fundació Planes Corts, que presidía Planes y se dedica a la promoción económica y de sostenibilidad de la región del Alt Urgell, mantiene su legado y hace de red de emprendedores locales. Durante las jornadas sobre 'ruralismo y urbanidad: camino de ida y vuelta', el hijo de Joan y presidente ejecutivo de Fluidra, Eloi Planes, destacó cómo los valores "de payés" ayudan a la cultura y al crecimiento de la cotizada del Ibex-35, que va camino de cumplir sus objetivos en 2025 y facturar más de 2.100 millones de euros. 

Entre lágrimas en una emotiva presentación de las jornadas, la viuda de Joan, Teresa Corts, ya avanzó que "el vínculo con la tierra es un punto de partida que permite crecer" y que la "cultura campesina" ayuda a hacer que "los proyectos se hagan con sentido y perspectiva". Y posteriormente, Eloi Planes, con una mirada siempre curiosa por su entorno, desarrolló cómo la forma de vivir en el campo le ha servido para mantener esta gran empresa fiel a una cultura sin dejar de crecer. 

"A mí, hay tres cosas de Estamariu que me han sorprendido y me han enganchado: la primera es el sentido de comunidad, que he visto cuando había medio pueblo ayudando con el trabajo de los cerdos o cuando se iba a los campos y los vecinos ayudaban a cortar. O cuando enterrábamos al abuelo Pere y todo el pueblo llevaba su féretro", ha arrancado. "El otro elemento, que me mostró mi abuela perfecta, es el nivel de curiosidad. Ella sabía muchas cosas y te preguntaba muchas cosas. Desde este valle veía un mundo y veía que había más cosas. Esta mirada del mundo con curiosidad y humildad solo se tiene desde aquí, en la ciudad la pierdes", proseguía. "Y el otro es el aprecio por la tierra. Y todos estos valores de la comunidad tienen un valor infinito cuando los llevas a la empresa", ha completado. 

"En el campo, las cosas se hacen para durar. Una casa como esta está hecha para durar. Y eso en el mundo empresarial es el liderazgo con propósito, una mirada un poco más larga", ha desarrollado Planes, hijo del fundador de una empresa que se fundó en el año 1969 y que opera en 45 países y distribuye en 170. "Aquí se construye con los demás, y este liderazgo en equipo, esta mirada para saber cómo construyes, desde la humildad, es lo que en el mundo empresarial se llama liderazgo consciente", ha reflexionado. 

Para Eloi Planes, "la humildad bien entendida es un valor extraordinario, saber que no lo sabes todo". "Y trabajar siempre en guardia para saber qué es lo que tienes que hacer ayuda a trabajar en equipo", ha completado. 

"Las grandes enfermedades de nuestro siglo son urbanas, como la ansiedad, el individualismo, y el elemento curativo está en las zonas rurales. Creo que es más fácil que nazcan liderazgos fuertes y conscientes y redondos con una pata cerca de los valores urbanos", ha dicho Planes, que ha puesto como ejemplo "la visión extraordinaria" de su padre, "capaz de soñar e imaginar cosas que nadie podía imaginar y después ejecutar". "Hablaba de sostenibilidad cuando nadie te hablaba de ella o de la inteligencia artificial", ha recordado, "y además tenía la capacidad de convencer para que le acompañaran, como a mí, que decía que nunca trabajaría en la empresa de mi padre", ha añadido con humor. 

"Te encuentras gente que sueña y gente que tiene capacidad de ejecutar, pero las dos cosas es muy complicado. Y el mundo empresarial va hacia estos valores: la necesidad de tener los pies en la tierra y de amar el planeta", ha lanzado. Planes ha hablado por último de la resiliencia, que "es muy de payés y muy necesaria", antes de hacer una mirada hacia un futuro del territorio que ve esperanzador en parte por el talento joven que vuelve a hacer cosas, y que ha estado presente en mesas posteriores. 

"Emprendan desde el mundo rural", ha lanzado dirigiéndose especialmente a los alumnos de Formación Profesional de La Seu d'Urgell que han asistido a la jornada. Se imagina, en unos años, "un Pirineo mucho más conectado, mucho más en red y más empoderado, con más orgullo", y ha llamado a dejar atrás el complejo de ser de pueblo, un sentimiento que ha impregnado toda la jornada. 

El escritor Albert Vilaró, también de La Seu y que ha dialogado con Planes, ha alertado de que "el campesinado ha sido atropellado por el mundo industrial", y ha reivindicado "la recuperación del espacio campesino". Al finalizar una jornada plena de emprendimiento, ha celebrado que "se han acabado los encuentros para llorar y quejarse de lo mal que estamos en el Pirineo, este ambiente de crear y construir marca un nuevo camino". 

Una nueva economía inspirada en la aldea

El escritor y geólogo Jaime Izquierdo, ha participado posteriormente por videoconferencia y ha reivindicado la idea "de aldea" como faro para un futuro que necesita sostenibilidad y cooperación. "Una aldea es un pueblo que sabe gestionar la naturaleza de forma sostenible", ha dicho. "Los paisajes que queremos conservar son el fruto de una economía, una interacción inteligente entre comunidades y la naturaleza", ha alertado recordando la importancia del campesinado para la conservación de los territorios. "No son espacios naturales, son territorios de naturaleza campesina generados por una cultura. El conocimiento de las personas que han diseñado estos territorios es muy importante", ha sentenciado. 

Izquierdo ha avanzado que "la nueva economía de aldea tendrá elementos de la agricultura industrial y de la preindustrial", y ha observado que "Joan Planes conocía perfectamente las dos anclas". "El concepto de comunidad se ha perdido con las economías industriales, que son muy individuales, y este modelo no funcionará sin perspectiva comunitaria", ha completado. 

Además el escritor ha recordado que las aldeas "pueden ser muy autónomas, que se consuma y se produzca de manera local", pero también abiertas a la "diversificación" económica, como demuestra la apertura de los años 80 al turismo rural, "elementos que no eran tradicionales de la tierra". "Los campesinos vivían de la aldea y ahora tenemos nuevos aldeanos que no viven de la aldea, pero sí en la aldea", ha dicho, defendiendo un "carácter casi cooperativo" que es "la avanzada de este proceso de nueva economía".