La Consejería de Economía y Finanzas de la Generalitat, con Alicia Romero al frente, y la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, dirigida por Òscar Ordeig, han desplegado un conjunto de medidas económicas y operativas para hacer frente a los potenciales impactos del brote de peste porcina africana (PPA) detectado recientemente en Cataluña. El núcleo de la acción gubernamental es una línea de ayudas por valor de 10 millones de euros, con la previsión de poder ampliarla hasta los 20 millones si la situación lo requiere.

La consejera Romero ha precisado que estos fondos están destinados a proporcionar ayudas directas a las empresas del sector que puedan verse afectadas por las consecuencias económicas de la crisis sanitaria, aunque ha remarcado que, de momento, estos efectos negativos aún no se han materializado y que el sector mantiene una actividad normal.

La Generalitat trabaja de manera paralela para la posible captación de fondos europeos complementarios, manteniendo contactos tanto con la Comisión Europea como con el Gobierno para activar estos mecanismos con la máxima rapidez si fuera necesario. Esta línea financiera se enmarca dentro de un paquete más amplio de apoyo que incluye la acción coordinada de Prodeca y ACCIÓ. Estas dos entidades trabajarán conjuntamente para ofrecer asesoramiento específico y personalizado a todas las empresas que tengan dudas o necesiten resolver cuestiones derivadas de la situación. El objetivo, según ha explicado Romero, es "estar al lado de las empresas y, sobre todo, ayudarles en aquello que sea posible" para garantizar la continuidad de la actividad económica.

Contención sanitaria y llamada a la responsabilidad colectiva

En cuanto al aspecto sanitario, el consejero Òscar Ordeig ha hecho una llamada explícita a la calma y a la responsabilidad, instando a actuar sin alarmismos pero con determinación. Ha señalado que la prioridad absoluta del ejecutivo catalán es evitar a cualquier precio la expansión del brote. En este sentido, ha subrayado que la zona afectada se mantiene, hasta ahora, delimitada estrictamente al radio de seis kilómetros alrededor de los dos primeros focos confirmados. Ordeig ha detallado la estrategia de la Generalitat, que se basa en un contacto constante con las autoridades de la Unión Europea en Bruselas y con el Ministerio, así como con todos los niveles de la cadena de valor del sector porcino catalán. Ha hecho una llamada explícita a todos los grupos políticos para formar un "frente común" en torno a esta cuestión, con el fin de no enviar mensajes contrapuestos que puedan perjudicar la imagen y la solidez del sector.

El consejero ha apelado también a la colaboración ciudadana, pidiendo a la población que evite los desplazamientos y las actividades recreativas dentro de la zona de restricción de los seis kilómetros. Esta medida, insiste, es fundamental para evitar movimientos que puedan facilitar la propagación del virus y para permitir que los equipos técnicos y veterinarios puedan trabajar con seguridad y eficacia. Ordeig ha avanzado que, junto con la consejera de Interior, Nuria Parlón, ha solicitado comparecer en el Parlament para explicar con detalle todas las acciones puestas en marcha. La intervención está prevista para el próximo miércoles, en fecha por confirmar oficialmente.

En el ámbito de la gestión de la fauna silvestre, una pieza clave en el control de la enfermedad, la Generalitat ya ha iniciado reuniones con todos los agentes implicados en los planes de control de la población de jabalíes en Catalunya, con el objetivo de acelerar e intensificar estas actuaciones de manera inmediata. Finalmente, el consejero ha revelado que en los próximos días mantendrá un encuentro con representantes del departamento de Agricultura de Aragón. Esta coordinación interterritorial es considerada estratégica, ya que Catalunya y Aragón concentran de manera conjunta aproximadamente el 70% de la producción porcina de todo el Estado, lo que convierte una acción coordinada en una necesidad para la protección global del sector.