Esta semana el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicaba los datos confirmados del IPC del pasado mes de febrero en el que los alimentos habían subido el 5,5% en tasa interanual. Un buen dato, según se mire: es positivo porque está muy lejos del 16,6% de subida máxima histórica de los alimentos registrada en febrero de 2023; pero no ha seguido la tendencia de bajada de los precios de las materias primas agrícolas en los mercados mundiales y tampoco del índice de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) que en tasa interanual (febrero2023/febrero 2024) destaca una caída del 10,6% en el precio de los alimentos en el mundo.

Así, el índice de precios de los alimentos de la FAO se situó en febrero de 2024 en 117,3 puntos, es decir, 0,9 puntos (un 0,7 %) por debajo de su nivel revisado de enero, y 14 puntos por debajo de los niveles de 131 que marcaba en febrero de 2023. Así, los descensos en los índices de precios de los cereales y los aceites vegetales prácticamente compensaron con creces los aumentos de los precios del azúcar, la carne y los productos lácteos.

En los mercados financieros en los que se negocian los precios mundiales del trigo, azúcar, café, aceite de soja, etcétera, los descensos son la tónica general en este arranque del año. Con la excepción del cacao (+79%) y del azúcar (6,19%), el conjunto de materias primas se negocia a la baja estos meses. Así, el índice S&P GSCI Agriculture cae en el año el 3,45%, con descensos del 14% para el trigo, del 9% para el aceite de soja, del 3% para el café o del 8% en el caso del maíz. Aunque siempre hay un reflejo entre la evolución de los precios en los mercados de negociación y en el IPC, no suele ser muy exacto. En tasa interanual este índice ha bajado el 17%, lo que no se ajusta a lo acontecido en el precio de la cesta de la compra que sigue subiendo aunque a menor ritmo.

En los últimos doce meses, los alimentos que más han subido en España son el aceite de oliva (67%), los zumos de frutas y vegetales (18,8%), las patatas (11,6%), la carne de cerdo (11%), productos de confitería (10,8%), chocolate (10%), frutas frescas o refrigerada (9,1%), sal, especias y hierbas cocina (8,8%), carne de ovino y caprino (8,1%) y, finalmente, helados 7,9%. No todos estos productos se encuentran negociados en mercados financieros. Patatas, aceite de oliva, sal, carne de ovino o caprino o frutas frescas se mueven más por razones intrínsecas del país o de regiones geográficas como Europa.

Un buen ejemplo son los aceites, el de oliva se ha encarecido un 67%, mientras con los de girasol, colza, maíz o soja, -más sujetos a la demanda y oferta internacional- han caído un 24,6% en el mismo periodo, según los datos del INE. También se ve en las carnes. La de pollo ha subido el 1,7%, siendo la que menos encareció entre febrero de 2023 y 2024. Del otro lado está el cerdo, el animal más consumido en España que disparó un 11% en el mismo periodo. “Los precios de la carne de cerdo aumentaron debido a la mayor demanda por parte de China, junto con una mayor demanda interna en Europa occidental ante la persistente situación de escasez de la oferta”, explican en el informe de la FAO relativa a los precios de los alimentos mundiales a fecha del pasado febrero.

El economista de Caixabank Research, Zoel Martín Vilató, destaca en un reciente artículo la tendencia a la baja del precio de los alimentos para este año y su efecto positivo en los datos de inflación: “Prevemos un notable descenso de las tasas de inflación, del 11,1% de media anual en 2023 al 3,8% en 2024. En parte, ello es resultado de un efecto base, producto de las fuertes subidas del año pasado, que tira la inflación a la baja. Además, los datos de costes agrícolas llevan varios meses con una tasa de variación interanual en negativo, lo que debería aliviar las presiones sobre los precios de los alimentos.

Recomendaciones

Aunque la economía mundial está más preparada que en la década de los 70 para hacer frente a una gran crisis de los precios del petróleo, el reciente conflicto en Oriente Medio, sumado a la guerra entre Rusia y Ucrania puede empujar a los mercados de materias primas a “aguas desconocidas”, advirtió el Banco Mundial (BM) en su último informe “Perspectivas de los mercados de materias primas”, donde considera que los efectos en los precios de las materias primas serán limitados si los conflictos antes referidos no se agravan. También, se anticipa que los precios de las materias primas agrícolas disminuyan este año a medida que aumente la oferta.

Desde el punto de vista del inversor, los analistas de IG Markets apuestan este año por el cacao y el trigo como una interesante opción de inversión. “Alrededor del 40 % de los granos de cacao se procesa en Europa y el 95 % se comercializa en los mercados mundiales de productos básicos”. Y añaden: “El mercado de cacao está valorado en más de 2.100 millones de dólares y es un mercado muy especulativo, de allí que se puedan obtener grandes ganancias en poco tiempo”. A inicios de Febrero de 2024 su precio alcanzaba niveles superiores a 5 500 USD por tonelada y se estima pueda subir más en los próximos meses.

JP Morgan plantea que el trigo experimentará subidas de precios durante la primera mitad del 2024, de allí que sea una de las mejores materias primas para invertir.

El consumo de trigo, -explican desde IG Markets- se ha mantenido por encima de la producción y se pronostica que su demanda aumentará por su diversidad de usos como fuente de alimento y su facilidad de crecimiento frente a otros cereales. China ocupa el primer lugar en el consumo de trigo a nivel mundial, seguida de la Unión Europea.