Uno de cada 10 millones del producto interior bruto español va a parar a un paraíso fiscal. El observatorio europeo de impuestos EU Tax Observatory, en su informe de 2024, detalla que el porcentaje de riqueza española que se va a países con menor o nula carga impositiva se ha duplicado desde el año 2018, cuando era del 5,69%, hasta el 10,5% de 2022, últimos datos disponibles. Esto equivale a 140.000 millones, bastante más del doble de los 63.380 millones que gastó el Estado en Educación en ese mismo año. 

Las cifras detallan la cantidad de riqueza (acciones, bonos, participaciones en fondos y depósitos bancarios asociados) que hogares y empresas tienen en el extranjero. Y aunque el porcentaje se redujo drásticamente desde el 16% del año 2001 hasta el 7% de 2008, en los últimos años la tendencia ha sido en general ascendente, con un rápido sprint entre 2018 y 2022. El aumento de los últimos años, no obstante, coincide con la entrada en vigor, desde 2017, del intercambio automático de información financiera aprobado por la OCDE. O sea, que se dan a conocer más fortunas en paraísos fiscales desde entonces. 

Por destinos, Suiza se lleva el 3,9% del PIB español en fortunas, mientras que a otros paraísos fiscales europeos va a parar una cifra equiparable al 3,7%, un 1% va a paraísos americanos y a Asia el 1,9%.

El secretario general de los Técnicos de Hacienda GESTHA, José María Mollinedo, explica a ON ECONOMIA que el intercambio de información automático entre países aprobado por la OCDE y el acuerdo para que las multinacionales que facturan 750 millones o más paguen un 15% de impuestos también en paraísos fiscales (vigente desde este 2024) "marca un antes y un después" en la evasión de impuestos, pero no es suficiente.  

"Con el intercambio de información, afloran fortunas que las personas tienen en paraísos fiscales", cuenta Mollinedo, "pero algunos crean sociedades en otros países con filiales en terceros y dificultan que se conozca el origen del empresario y de la fortuna". "Esto la OCDE lo sabe y lo monitoriza desde que en 2010, a raíz de la crisis, se desplomó la recaudación", cuenta Mollinedo, que detalla que "se han aprobado cerca de una decena de políticas tributarias internacionales para evitar que se eludan impuestos". 

"Con el intercambio de información aprobado por la OCDE, afloran fortunas que las personas tienen en paraísos fiscales", dice José María Mollinedo, técnico de Hacienda de GESTHA

Pero, de nuevo, no es suficiente, porque "no todos los países informan a los países de origen de las fortunas" aunque estén obligados a ello."¿Cuándo no lo hacen? Cuando en vez de cuentas bancarias, tienen un activo financiero, a través de deuda soberana o fondos de inversión que pueden convertir rápidamente en liquidez", desarrolla. 

En comparación con otros países, según el informe, España se sitúa parejo en traslado de beneficios a paraísos fiscales a Italia, que destina un 10% de su riqueza a paraísos fiscales, y bastante por debajo de Francia o Portugal, que tienen en paraísos fiscales el 19% de su PIB cada uno. Alemania, por su parte, traslada un 8% de sus beneficios a paraísos fiscales. 

Menos traslado de beneficios que Francia, más que Alemania

El estudio estima además que la carga impositiva sigue recayendo mayoritariamente en España sobre el trabajo y no sobre las fortunas. Así, un 41% de los impuestos se recaudan en España con impuestos sobre el trabajo, un 27% con impuestos al patrimonio y solo un 16% son impuestos a las empresas.

Además, el gráfico muestra que los impuestos sobre el trabajo no han hecho más que aumentar de manera constante desde los años 60, mientras que el resto han tenido altibajos.

De hecho, la caída recaudatoria sufrida por el país en 2008, a raíz de la crisis, fue mucho más pronunciada en los impuestos al capital y a las empresas que en los tributos a los trabajadores. Los impuestos al patrimonio pasaron del 41 al 26%, los impuestos a las empresas del 34 al 18% y ninguno de los dos ha recuperado todavía su músculo porcentual. Los impuestos al trabajo, en cambio, tan solo cayeron del 33 al 32% en 2008 y hoy, al 41%, se han recuperado con creces. 

"Los trabajadores están pagando doblemente impuestos, por un lado, su renta en el IRPF y por el otro, el IVA en el consumo, que las empresas no pagan", reflexiona Mollinedo, que cree, por tanto, que "es difícil de entender las posiciones de algunos empresarios contra el gravamen a la banca y a las energéticas". Sobre todo, porque "han firmado beneficios de récord", en el caso de los bancos, "trasladando el coste hipotecario a los deudores y no retribuyendo los depósitos". 

"Tenemos 6 puntos menos de recaudación que la Unión Europea y un 3,7% menos de gasto público, por eso tenemos que recurrir a la deuda. O sea, que el potencial impositivo hacia empresas y capital es grande", desarrolla, apuntando además a la economía sumergida como fuente del fraude.