El impacto de la reducción del IVA en quince productos de alimentación ha supuesto un ahorro para los hogares de los españoles de un 1,3% desde su entrada en vigor el 1 de enero de este año, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. De enero a abril, el precio de la cesta de la compra (alimentación y bebidas no alcohólicas) ha aumentado un 3,7%, mientras que sin la medida aprobada por el Gobierno para reducir el coste de los alimentos, la subida habría sido del 5%. Es decir, que de cada 100 euros que una familia media dedica a la alimentación, el ahorro ha sido de 1,3 euros, aunque en lo que va de año llenar el carrito de la compra se ha encarecido, a pesar de la rebaja del IVA, 3,7 euros por cada 100 euros gastados en alimentación.

El escaso impacto, y desigual, del descuento del IVA se debe, en primer lugar, a la limitada contención del precio en cada uno de los quince productos elegidos por el Gobierno y, en segundo, porque la medida llega a algo más de un tercio (34,6%) de la cesta total de la alimentación, según los cálculos del INE. Una de las críticas que recibió la medida fiscal desde algunos ámbitos, en especial desde el sector de la agricultura y la ganadería, pero también del espectro político -incluido el socio de Gobierno, Unidas Podemos- fue que se quedaban fuera del descuento del IVA productos básicos como la carne o el pescado. No obstante, los productos incluidos en la medida son de gran consumo, pues teniendo en cuenta que el INE contabiliza 60 productos de alimentación para elaborar el índice de “alimentos y bebidas no alcohólicas”, estos quince por sí solos suma el 35% del presupuesto en alimentación.

Rebajas del 4% y el 5% del IVA

Analizando el impacto de la reducción del IVA durante estos cuatro meses, se concluye que la reducción del IVA (de un 4% en doce productos y de un 5% en otros tres) apenas ha conseguido reducir el precio, pues hay que conformarse con que la subida en 2023 haya sido más liviana. No obstante, en cinco de los quince productos agraciados con un descenso del impuesto sobre el valor añadido, sí se ha producido un descenso del precio respecto al que tenían en los lineales de los supermercados en diciembre del pasado año, antes de la entrada de la medida del IVA.

En concreto, las harinas y otros cereales estaba en abril un 1,8% más baratas que en diciembre, mientras que si no se hubiese producido el descuento, se pagarían un 2% más caras. El segundo producto que se paga por debajo de diciembre son las pastas alimenticias y el cuscús, un 1,9%, y de no tener un descuento en el IVA estaría un 1,2% más caro. Las frutas frescas y refrigeradas es el tercer alimento que en abril es más asequible que en diciembre, concretamente un 3,4%, pero de no tener la rebaja del impuesto se pagaría un 0,3% más caro. Cabe recordar que se trata de un alimento fresco y, por tanto, muy volátil en función de la temporada y la cosecha. Finalmente, las legumbres y hortalizas congeladas han bajado un 1,5% en este año, pero se pagarían un 3,1% más caras si no estuviesen subvencionadas con fondos públicos.

Caso aparte es el de otros aceites comestibles (girasol) que, gracias a una cierta normalización de la llegada del grano desde Ucrania, los precios han ido reduciéndose de forma notable en el año. Así, en abril está un 15,1% más barato que hace cuatro meses, aunque si no se hubiese incluido entre los productos con un IVA recortado, la reducción del precio habría sido menor, del 11,2%.

Los otros diez productos con rebajas fiscales se pagan ahora por encima del inicio del año, si bien es cierto que, gracias al descuento fiscal, sus subidas han sido más moderadas. El mayor descuento se ha producido en el aceite de oliva que, aunque sube desde enero un 5,5%, de no tener una rebaja del IVA se pagaría un 10,3% por encima de diciembre. El segundo alimento son las legumbres y hortalizas frescas o refrigeradas que, aunque tiene una espectacular subida del 14,6% en estos cuatro meses, sin la ayuda del IVA sería del 19%.

El arroz es otro de los productos imparables, con un incremento en el precio del 8,4% que ascendería al 12,5% sin la medida fiscal, según los datos del INE. Los huevos se pagan ahora un 3% más que hace cuatro meses gracias al descuento del IVA y, sin ella, se habrían incrementado un 6,9%. La leche desnatada está bordeando la línea, pues el precio se mantiene congelado desde enero por el descuento fiscal, aunque subiría un 3,8% sin ella y en el caso de la leche entera, la subida es del 0,4%; el 4,2% sin el descuento del IVA. A continuación, el queso consigue que el recorte del IVA haya moderado la subida del precio en lo que va del año al 1,5%, mientras que sin el apoyo habría aumentado un 6,9%. No obstante, el queso -junto con la leche- es uno de los productos que más ha subido, un 18,1% en los últimos doce meses (un 22,6% sin la ayuda fiscal).

De los tres últimos alimentos incluidos en la medida, las patatas han subido un 7,2% desde enero, el 10,8% sin la rebaja fiscal; el pan un 1%, el 4,1% sin la medida del IVA y el incremento del precio de las legumbres y hortalizas secas o conservadas es, gracias al menor IVA, del 5,9%; un 6,8% sin la ayuda. De todas formas, cabe recordar que incluyendo el descuento fiscal, el conjunto de la alimentación y las bebidas no alcohólicas estaba en abril un 12,9% por encima del mismo mes del año pasado.