La pregunta se repite siempre cuando llega diciembre y toca cerrar el ejercicio en curso. A pesar de todo, la realidad es que en los últimos tiempos, el margen de ahorro que tenemos en la declaración de la renta cada vez es más limitado. Este puede venir por dos motivaciones: las reducciones o las deducciones. Y de ellas, el sistema cada vez limita más el margen de maniobra. Carme Jover, presidenta de la Comisión de Fiscalistas Registro de Economistas de Asesores Fiscales (REAF), del Colegio de Economistas de Catalunya, nos dibuja el mapa actual: "Dentro de las reducciones, las principales son los planes de pensiones, que en el caso del individual, cada año se está reduciendo su aportación. Mientras que en las deducciones, encontramos otras más interesantes, pero poco factibles para un ciudadano con una renta de clase media o baja", en declaraciones a ON ECONOMIA.

A partir de aquí, hace falta desgranarlas y, como mínimo, conocer el margen de maniobra. Así pues, los expertos fiscales recomiendan aprovechar las últimas semanas del año para intentar ahorrar en la factura del IRPF del ejercicio 2022, que se liquidará para la primavera de 2023, con opciones que van desde hacer aportaciones a planes de pensiones hasta entregar donativos a una ONG o avanzar dividendos o ventas de inmuebles o valores, si son elevados debido al anunciado cambio impositivo.

Aportaciones a planes de pensiones

Dentro del ámbito de las reducciones encontramos las aportaciones a planes de pensiones, es decir, aquellas ligadas a sistemas de previsión social individual de hasta 1.500 euros que disfrutan de beneficios fiscales y, por eso, los últimos días del año son una buena ocasión para incrementarlas hasta esta cifra. En caso de aportaciones a planes de empleo, el umbral llega a los 8.500 euros, límite que se puede compartir entre el empresario y el trabajador. Por otra parte, los autónomos también pueden disfrutar de ventajas fiscales por aportaciones a planes de pensiones de hasta 1.500 euros.

Hay que tener en cuenta que el Gobierno aprobó otra derivada a los planes de pensiones privados en su proyecto de Presupuestos del 2021 y, a partir del año que viene, es precisamente cuando entra en vigor. Así pues, Hacienda ha escuchado un viejo reclamo de la industria sobre los planes de pensiones de empleo, un vehículo creado por empresas y administraciones para hacer contribuciones de cara a la jubilación de los trabajadores.

De esta manera, un asalariado podrá percibir una contribución a su plan de 4.250 euros por el lado de su empresa, y aportar 4.250 euros más por su parte, cosa que en el ejercicio pasado no podía hacer. Y esta contribución, va en paralelo a la aportación de los 1.500 euros por parte del empleado a un plan de pensiones individual, para llegar al límite de los 10.000 euros por contribuyente.

Subidas del tipo impositivo del ahorro

Si hablamos de la subida del tipo impositivo del ahorro, ahora el maximo es un 26% y en 2023 sera un 28%. Así, se debe analizar si anticipo o pospongo la operacion. Es evidente que fiscalmemte es mejor anticiparla porque ahora se paga un máximo del 26% y el año que viene sube dos puntos. Pero debemos analizar la rentabilidad que le saco a mi dinero. Jover pone un ejemplo: "Si vendo en 2022 y pago un máximo del 26%, deberé pagar en junio del año 2023 y ya no tendré el dinero. En cambio, si la venta la hago en enero del 2023 puedo llegar a pagar hasta un 28%, pero no lo haré hasta junio del 2024. Así que la conclusión es clara, si puedo sacarle a mi dinero más rentabilidad que esa diferencia de tipos impositivos del 2%, vale la pena diferir la tributación, por lo tanto esperar al 2023, porque mientras yo obtengo rentabilidad financiera".

La opción de avanzar estas operaciones puede ser la adecuada si tenemos en cuenta el proyecto de ley de presupuestos generales del Estado del 2023 que prevé elevar la tributación de las rentas del ahorro a partir de los 200.000 euros en este ejercicio, por lo cual los expertos recomiendan, en la medida en que sea posible, avanzar ventas, donaciones, cobros de dividendos o cualquier otra operación que implique una renda que tributa a la parte del ahorro superior a este importe en este año, antes de que se aplique la subida. Por extensión serían todas estas aunque se detallan posteriormente sus características.

Ahora bien, en este sentido, la economista Jover pone la alerta: "Diferir el impuesto y mientras tanto sacar una rentabilidad financiera en función del tipo impositivo puede ser interesante y, por lo tanto, vale la pena tributar más tarde. No obstante, se tiene que analizar muy bien la situación personal de cada uno y ser conscientes de que, ahora, conocemos muy bien la ley de presupuestos del 2023, pero esta puede cambiar a mediados del próximo año en función de un panorama fiscal totalmente cambiante". El consejo de Jover és claro, planificar en el corto plazo es fácil, pero solo situarse en el medio puede resultar totalmente complicado.

Y cita un ejemplo, fuera de la temática: "Planificar la herencia en función de los impuestos es imposible, en este caso pasa lo mismo. El margen a medio plazo es peligrosísimo, todo se reduce a la política fiscal". Y un último aspecto es vigilar las retenciones, sobre todo en los contribuyentes con rentas inferiores a 35.200 euros que tendrán menores retenciones del IRPF en el 2023, por lo cual les podría interesar solicitar a su empresa que las eleve, si lo que quieren se no tener que pagar más cuando llegue el mes de junio al hacer la declaración y, por lo tanto, evitar tener que regularizar después la situación.

Donaciones

En ellas, las que más favorecen son las donaciones y las aportaciones a start-ups. Las donaciones a fundaciones disfrutan de una deducción del 80% en los primeros 150 euros y del 35% a partir de esta cantidad, pero si los dos últimos años se han realizado donaciones a la misma fundación, la deducción se incrementa hasta un 40%. También las aportaciones a sindicatos y colegios profesionales tienen beneficios fiscales. Jover pone el matiz: "Es un acto totalmente altruista y, por lo tanto, el que lo hace es porque este dinero le sobra, se tiene que partir de tener un excedente de liquidez para poder llevarlo a cabo".

Aportaciones a start-ups

La otra propuesta más favorecedora es la inversión en nuevas empresas o start-ups donde se puede llegar a deducir en el IRPF un 30% de la aportación a una entidad de nueva creación, con determinados requisitos, hasta una base máxima de 60.000 euros, es decir, la deducción puede llegar a los 18.000 euros de cuota. Esta deducción se incrementará en el 2023 hasta el 50%, con una base máxima de 100.000 euros, por lo cual podría ser conveniente esperar al próximo ejercicio. Dentro de este ámbito, Catalunya tiene una deducción específica si se invierte en empresas nuevas situadas dentro de ella. "Es una buena deducción, pero de entrada te obliga a invertir en la sociedad de otro y, por lo tanto, a jugarte el dinero", concluye Jover.

Deducción por compra de vivienda

Las otras deducciones son más secundarias con respecto a un ahorro sustancial. Está la deducción por compra de vivienda. Los contribuyentes que compraron su vivienda antes del 2013 todavía se pueden beneficiar de la deducción por adquisición de vivienda habitual, que les permite deducir sobre el 15% de los pagos por intereses y amortización del préstamo hasta un máximo de 9.040 euros, lo cual supondría una deducción de 1.356 euros. De esta manera, si no han alcanzado esta cifra pueden hacer entregas adicionales. Hay que recordar que este límite se aplica por declaración, es a decir, una pareja que haya adquirido su vivienda habitual antes del 2013 y que hacen la declaración por separado, cada uno de ellos puede disfrutar de un límite máximo de 9.040 euros.

Deducción por eficiencia energética

La otra sería la deducción por eficiencia energética a través de la inversión en propia vivienda o en una vivienda alquilada o con intención de alquiler, que puede resultar ser rentable fiscalmente. Los propietarios que hagan obras para mejorar la eficiencia energética o para reducir el consumo energético, tanto en hogares unifamiliares como en comunidades de vecinos, pueden disfrutar un año más de deducciones a la renta. Entre las deducciones posibles, hay una del 20% del coste de las obras, con una base máxima de 5.000 euros, si permite reducir la demanda de calefacción y refrigeración en un 7%. En caso de que el ahorro llegue al 30%, la deducción será del 40% hasta una base máxima de 7.500 euros. En el caso de edificios residenciales, si las obras permiten reducir un 30% el consumo de energía, los titulares de las viviendas podrán deducirse hasta un 60% de la inversión, con una base máxima de reducción de 15.000 euros. Jover matiza que, a pesar de todo, "siempre es necesario un informe técnico antes y después de las inversiones, para poder demostrar la mejora energética o la reducción del consumo, y este acaba costando más que la propia deducción". En paralelo, el contexto actual de crisis económica y energética nos certifica que el consumo que hacemos es totalmente temporal y planificarse en los próximos dos años resulta difícil.

Retras ingresos en obras literarias

Otros más específicos pueden ser retrasar los ingresos por obras literarias. De la misma manera, los contribuyentes que elaboren obras literarias, artísticas o científicas que les proporcionen ingresos inferiores a 15.000 euros tienen incentivos para retrasar los cobros en el 2023, cuando la retención será del 7%, en lugar del 15% del 2022. Ahora bien, las retenciones son solo un adelanto y acabarán pagando lo mismo, pero más tarde.

Reducción en el alquiler

También está el cuidado con el alquiler donde aquellos arrendadores que tengan alquilada una vivienda a un inquilino habitual pueden aplicarse una reducción del rendimiento neto del 60%, cosa que no podrán hacer si se trata de alquiler de vacaciones o con una sociedad. Estas condiciones cambiarán con la futura ley de vivienda, especialmente para las que se encuentran en zonas tensionadas, y en este caso conviene estudiar si interesa alquilarlo a personas jóvenes o rebajar el alquiler para obtener mejoras fiscales.

Darse de baja, para autónomos y trabajadores del mar

También en los autónomos o trabajadores del mar, a partir del 2023 estarán obligados a presentar declaración si han sido dados de alta en algún momento del año, por lo cual si no tienen actividad se los recomienda que se den de baja antes de acabar este 2022.

Impuesto de solidaridad

Y con respecto a los que pagan el impuesto de solidaridad, más allá del IRPF, los expertos advierten que el tramo final del año también es la última oportunidad para intentar mitigar el impacto del nuevo impuesto de solidaridad sobre las grandes fortunas, que tendrá un impacto mayor en los contribuyentes de regiones que tienen bonificado el impuesto de patrimonio, como la Comunidad de Madrid o Andalucía. El nuevo tributo se abonará por primera vez en el 2023 referido al patrimonio al cierre del 2022, por lo cual todavía está la posibilidad de distribuirlo vía donaciones a hijos o nietos para no alcanzar los tres millones que dan lugar al pago.