El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha presentado este miércoles el nuevo plan estratégico de atracción de inversión extranjera de cara a 2030, que prevé un aumento del 60% hasta los 6.000 millones captados en los próximos 5 años y que creen hasta 45.000 puestos de trabajo. Bueno, de hecho no lo ha presentado, porque no ha mencionado la parte sustancial del plan estratégico, que después han hecho llegar desde el Govern a los medios por canales oficiales. 

Con este plan, Catalunya espera alcanzar las 10.000 filiales extranjeras con base, así como un incremento del 275 de proyectos de inversión extranjera hasta alcanzar los 600 proyectos. Según las previsiones de la estrategia, la inversión extranjera deberá ser de media de 1.200 euros al año, un 20% más que los 1.000 millones con los que terminó el año 2024. 

Esperan que más de la mitad del volumen de inversión sea de industria productiva, y que más de un 75% de los proyectos incorporen algún elemento que acerque el país hacia la neutralidad privada. Llegar a las 3.000 start-ups en Cataluña y que un 50% del volumen de inversión vaya hacia fuera del Área Metropolitana de Barcelona debe ayudar a diversificar un modelo de país descentralizado y de "prosperidad compartida", en palabras de Illa. 

Los países preferentes donde irán a buscar esta inversión son Estados Unidos, China, los principales socios europeos -Alemania, Francia, el Reino Unido, los Países Bajos y Bélgica- y los asiáticos Corea del Sur, Japón y la India. La movilidad sostenible, la industria alimentaria, los semiconductores, las ciencias de la salud, la tecnología y la Inteligencia Artificial y la industria de la sostenibilidad, con plantas de reciclaje químico y descarbonización de la industria, deben ser los sectores clave.

Dentro del sector tecnológico, subsectores como el espacial, la cuántica, el TIC y la electrónica, el audiovisual y los videojuegos deben jugar un papel crucial. En cuanto a la salud, la biomanufactura, los medicamentos críticos y las tecnologías sanitarias son los motores del crecimiento.

Para atraerlo, el departamento de Acción de la consejería de Empresa, que se ocupa de la atracción de inversión extranjera, hará un esfuerzo para convencer a los países de optar por Cataluña y después para asentarse, facilitando y acelerando la tramitación burocrática. Otro reto es la retención de estos proyectos, ya que 2 de cada 3 proyectos son de empresas que ya están en Cataluña

El president Illa ha defendido que es necesario que "las empresas quieran invertir en Cataluña", pero que el Govern debe ayudar a que se haga "con cierto orden". Y ha defendido la importancia de que se trate de un plan "coordinado de país", en el que participen por igual consellerías, Ayuntamientos y la Cámara de Comercio. "Todas las instituciones juntas", ha defendido, después de que el conseller de Empresa, Miquel Sàmper, destacara también el papel del gobierno español. 

El consejero Sàmper ha destacado el hecho de que, aunque internacionalmente la inversión extranjera cayó un 11% en 2024 por los aranceles, en Cataluña ha crecido un 15% en los últimos cinco años. En el año 2024, por primera vez, se alcanzó los 1.000 millones de euros de inversión. En los últimos 40 años, Cataluña ha recibido 13.500 euros de inversión que han creado 95.000 puestos de trabajo. 

El plan del Gobierno es tener una "base industrial", que a su vez sea imán tecnológico de innovación y donde la sostenibilidad juegue un papel esencial. El equilibrio de la calidad de vida y el entorno favorable para los negocios debe ser clave para que convivan talento local e internacional, ha defendido Sàmper.