El 5,6% de los mayores de 65 años declara tener “mucha dificultad” para llegar a fin de mes y otro 10,2% que llega con “dificultades”, lo que supone que uno de cada seis jubilados tiene serios problemas para llenar la cesta de la compra y pagar los servicios básicos cada mes, según la Encuesta de Condiciones de Vida publicada este lunes por el INE. Sin embargo, las condiciones económicas de los más mayores han mejorado en 2022 (último dato investigado por el INE), respecto a cinco años atrás, pues en 2018 el 17,2% del colectivo se quejaba de serios problemas para satisfacer sus necesidades básicas, lo que implica una reducción de 1,4 puntos porcentuales en cinco años.

Sin embargo, el INE pone de manifiesto que los mayores de 65 son los que menos problemas tienen para llegar a fin de mes, pues de la totalidad de los residentes en España, el 22,4% tiene dificultades o muchas dificultades, muy por encima del 16% de los jubilados. Además, estos últimos son el único colectivo que ha mejorado su situación respecto a 2021, siendo los jóvenes de menos de 18 años, con el 27,5%, el colectivo con más problemas.

Efectos estadísticos

Carlos Susias, presidente de la rama europea de EAPN que agrupa a las principales ONG cuyo fin es combatir la pobreza, explica que los datos de la tasa Arope, que mide las tasas de riesgo de exclusión y pobreza, hay que tomarlos con cautela en el caso de los jubilados. “Los pensionistas tienen unos ingresos estables que hace que una subida o un descenso de la renta mínima que se establece como umbral de pobreza, puede hacer que sin modificarse los ingresos de los mayores, suba o baje su nivel de riesgo de pobreza por la evolución de la renta conjunta de los españoles”, señala. Y pone como ejemplo la crisis financiera de 2008, cuando la renta de los jubilados aguantó mejor que los salarios y permitió que se redujesen sus índices de pobreza a pesar de recibir los mismos ingresos.

Algo que ha sucedido en los datos conocidos este lunes del INE, que determina que las personas en riesgo de pobreza han aumentado medio punto en la estadística de 2023, con datos del año anterior. Sin embargo, Susias reseña que en el caso de los jubilados, la tasa Arope ha disminuido dos décimas en los mayores de 65 años. Una reducción que el responsable en España de las ONG contra la pobreza reseña en dos factores: el primero, y más importante, las subidas de estos años de las pensiones, por encima de la media salarial.

Un segundo factor es que el umbral de la pobreza ha crecido en términos generales por la mayor inflación y el incremento de los costes energéticos. La mayor subida de las pensiones que los salarios ha permitido al colectivo aguantar mejor el descontrol de los precios de 2022, último año contabilizado, y, en mayor medida, durante 2023, cuando las pensiones subieron el 8,4%, y en 2024, otro 5,6%. Además, se han beneficiado en mayor medida del bono social, apunta Susias, minimizando en mayor medida la subida del recibo energético.

Algo que ha quedado patente en la encuesta conocida este lunes que aclara que el incremento de la tasa Arope, que se elabora con tres indicadores, ha subido exclusivamente por la carencia material y social severa que ha provocado la subida del IPC. Lo que ha beneficiado más a los jubilados, pues su poder adquisitivo ha sido superior a los salarios. Sin embargo, los otros dos factores han mejorado, tanto el riesgo de pobreza, como la baja intensidad del empleo, que no afecta a los jubilados. Como muestra, la carencia Servera se ha elevado en la media nacional a casi el 9% de la población, mientras que en los jubilados se queda en el 5%.

"Cierta dificultad"

Si además sumamos los que declaran tener una “cierta dificultad” para llegar a final de mes, la radiografía sale aún más positiva para los mayores, pues casi uno de cada dos residentes (48,5%) reconoce dificultades en sus finanzas mensuales, porcentaje que se reduce al 38,5% en los jubilados. Y, además, son los que más han mejorado, pues los mayores con problemas a fin de mes se ha reducido 5,4 puntos porcentuales, cuando la media de los residentes se rebaja tan solo 0,8 pp. En positivo, ese avance ha permitido que los jubilados que declaran tener facilidad o mucha facilidad para llegar a fin de mes se han elevado del 18,5% en 2018 al 29,2% en 2022, diez puntos de diferencia.

Eso supone que los mayores de 65 años muestren menos dificultades a la hora de afrontar los nueve gastos que la Unión Europea y el INE miden para conocer la carencia severa. En todos ellos, los jubilados han declarado tener menos problemas que la media de los españoles y solo se acercan, en el caso de poder costearse una semana de vacaciones, solo cuatro décimas a favor de los jubilados, frente a 8 pp en el caso de retrasos en el pago de los gastos de la vivienda.

Por comunidades autónomas

La estadística del INE establece las dificultades para llegar a final de mes por comunidades autónomas, pero no desagrega por edades, por lo que no es posible medir las dificultades de los jubilados en función de su lugar de residencia. En términos generales, la media en España de aquellos que tienen dificultad o mucha dificultad fue en 2022 del 22,4%, tasa que se eleva al 29,6% en Andalucía, 29,2% en Canarias, 27,7% en Extremadura y 26,6% en la Región de Murcia.

En Baleares, gracias a la recuperación del turismo, es donde menos problemas hubo en 2022 para llegar a fin de mes, con el 13,7% de los residentes del Archipiélago; en Euskadi, un 14,1% y en Asturias, un 15%. Catalunya, aunque está por debajo de la media, se eleva al 21,3%, por debajo del 21,9% de Madrid.