En Catalunya hay inscritos en las oficinas de Empleo (SOC) 319.519 personas, de las que 25.458 no han trabajado nunca (“sin empleo anterior”, en la denominación laboral), lo que supone el 8% del total. Pues bien, en este colectivo sin experiencia laboral, 7.191 tienen entre 30 y 44 años (28% del total del grupo Sin empleo anterior) y 8.651 (34%) superan los 44 años. Es decir, el 62% de los parados que buscan su primer empleo superan los 30 años, según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social. Un colectivo que suma el 5% del total de las personas que buscan un empleo en Catalunya a través de las oficinas del Servei d’Ocupaciò de Catalunya (Soc). Con un hándicap añadido, pues se trata de un colectivo con una empleabilidad baja, al tener en contra la edad -mayores de 45 años- y la inexperiencia laboral, pero previsiblemente, una formación inadecuada y ser parado de larga duración.

Desde la Consellería de Economía y Empleo explican a On Economia que el grupo de desempleados registrados sin ocupación anterior (SOA) suele atribuirse a las personas que acaban de entrar en el mercado laboral y están buscando su primer trabajo. Y, por tanto, también se piensa que la amplia mayoría son personas jóvenes. Pero en realidad existen diversas situaciones y motivos que hacen que este no sea el único colectivo que forma parte de los parados SOA.

Por un lado, el sector de actividad es el de la cuenta de cotización del último trabajo. En caso de que el SEPE no tenga registrado un trabajo anterior (contrato o afiliación a la Seguridad Social), se imputa al sector SOA. Por tanto, los extranjeros que se inscriben como demandantes y no han trabajado todavía en España, quedan imputados en el sector de actividad SOA, aunque muchos ya habrán trabajado fuera del país. De hecho, la mayoría de los parados registrados SOA de 30 o más años son extranjeros (6 de cada 10), por lo que debe darse con cierta frecuencia.

Por otra parte, la búsqueda de empleo no es el único motivo por la inscripción de las personas en el SOC. En algunas ocasiones la inscripción es necesaria para poder gestionar ayudas o subvenciones de distintas administraciones. Por ejemplo, estar inscrito como demandante de empleo es un requisito para poder tramitar la renta garantizada de ciudadanía, que se paga en Catalunya, aunque en todas las comunidades hay alguna prestación equivalente. Igualmente, es preciso estar apuntado al paro para cobrar el ingreso mínimo vital (IMV) que abona el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social.

“Estos motivos hacen que cifras que a priori pueden parecer difícil de entender, como el alto porcentaje de parados registrados SOA que son mayores de 30 años, tengan explicación”, resumen en la Consellería.

Global

El fenómeno no es exclusivo de Catalunya, pues se repite en todas las comunidades autónomas. En el conjunto de España, los parados que no han trabajo anteriormente (al menos en España) suman 232.230 (sobre un total de 2,45 millones) con 56.644 en el tramo de 30 a 44 años y otros 77.078 superan los 44 años, en total el 57,6%. Eso supone cuatro puntos más en Catalunya. El mayor o menor peso de este colectivo no sigue un patrón definido, aunque revisando los datos actuales y el histórico, prevalecen dos factores claros: la tasa de paro (a más paro, menor el porcentaje de mayores de 30 años en el colectivo) y el envejecimiento de la población (a mayor envejecimiento, mayor peso de los mayores). A lo que se debe sumar, el peso de los inmigrantes en la población laboral.

A mayo de este año, del total de los parados “sin empleo anterior” en Galicia, el 68,4% superaban los 30 años; en Canarias, el 67,1%; la Comunidad Valenciana, el 65,8% y en Catalunya, en cuarta posición, el 62,2%. En el punto intermedio, el 58,8% de los inscritos al Servicio de Empleo de la Comunidad de Madrid, tenían más de 30 años y, en la cola, en Extremadura hay un mayor peso de los jóvenes, pues los mayores de 30 años se limitan al 37,1% y en Baleares el 42,1%. La tercera posición la ocupa la Región de Murcia, con un 51% de mayores de 30 año en el colectivo SOA.

Unas diferencias que se dejan también notar dentro de Catalunya. Por provincias, en Barcelona los tramos de edad superiores a 30 años suman el 62,9% del colectivo SOV (11.461 parados sobre un total de 18.216); en Girona, el 62,2% (1.428 sobre un total de 2.294); en Tarragona, el 61,6% (2.090 con un total de 3.391) y, finalmente, Lleida, donde el 55,4% del total de los parados “sin empleo anterior” superan la treintena (863 sobre 1.557).

Muy feminizado

Sin embargo, no hay mucha explicación del porqué el fenómeno se agudiza entre las mujeres. En Catalunya, de los 25.458 parados registrados en la categoría de “sin empleo anterior”, 17.589 (69%) son mujeres, algo por encima del 66,7% de la media de España. Pero especialmente sintomático es el peso de las edades por encima de los 30 años: así, en el caso de las mujeres inscritas bajo el epígrafe SOA, el 74% supera la treintena, mientras que el porcentaje se reduce al 36% entre los hombres, donde los parados de menos de 25 años son mayoría. Una posible explicación está en la mayor demanda de ayudas de las mujeres que los hombres.

Además de la feminización, una segunda característica es la continuidad de un fenómeno que viene de largo, aunque los porcentajes se han modulado en función de la etapa del ciclo: con una fuerte creación de empleo, aumenta el porcentaje de los mayores -con más dificultades de colocación-, pues los jóvenes suelen salir pronto del desempleo. Al contrario, en los momentos de crisis, aumenta el peso de los jóvenes.

Así, en pleno boom inmobiliario, en 2007, en el mes de mayo, el 54,5% del colectivo SOV (11.010 personas en Catalunya) superaban los 30 años. En 2013, en lo más duro de la crisis financiera, se reduce al 52,5%, pero el número aumenta a 31.815 por la avalancha de jóvenes en demanda de un trabajo. En los años precovid, también en fase de crecimiento, se colocó en el 56,1% (27.467) en 2018 y en el 56,3% (27.337) el año siguiente. En 2021, con el aumento del paro por efecto de la pandemia, la tasa se reduce un punto, a 55,3% (25.265) y en los dos últimos años, da el estirón por encima del 60%: en mayo de 2024, un 62,9% en Catalunya, (el nivel más alto de la serie) y en ligero descenso en este año, al 62,2%.