Siniestro Total tiene un disco que se titulaba Menos mal que nos queda Portugal, una frase que me viene mucho a la cabeza últimamente. 

¿Qué están haciendo los vecinos portugueses para que me acuerde tanto de ellos? 

Respecto a la pandemia, están actuando con una contundencia envidiable. Ante el aumento de casos positivos, debido al relax de las fiestas navideñas que parece haberse dado por todas partes, Portugal ha tomado medidas desde ayer: vuelven a cerrar establecimientos y servicios no esenciales y le piden a la gente que se quede en casa de nuevo. Aquí, por lo que se ve, está de moda no escuchar a los expertos, que llevan semanas pidiendo confinamiento severo ante la catástrofe que ya se empieza a ver, y que seguirá en aumento durante las próximas fechas a causa del descontrol de la pandemia de Covid-19. 

Han decretado el teletrabajo obligatorio en este nuevo confinamiento, no les ha temblado la mano. Aunque el colegio sí permanece abierto, todo lo demás se cierra, salvo para servicios esenciales. 

Pero no es por lo único que siento envidia de Portugal: mientras en España nos aplican un 21% sobre la factura dichosa de la luz, que no deja de crecer y crecer, en Portugal aplican un 6%. Así lo estableció el gobierno de izquierdas portugués el pasado mes de junio anticipándose a lo que ahora es un drama en España. Pero, además, se acaba de aprobar la ayuda por parte del Gobierno para el pago de parte de la factura de la luz de las familias. 

Además, estoy escuchando hablar de Portugal por el asunto de las elecciones catalanas. Portugal mantendrá las suyas, aunque no permitirá que las personas positivas en Covid-19 acudan presencialmente a votar, como es lógico. Sus elecciones serán el próximo 24 de enero y se podrá votar de manera anticipada desde el 17. Portugal no permite el voto por correo, pero va a tener en cuenta a aquellas personas que no se puedan desplazar para votar, facilitando que se acuda a sus lugares de residencia o a los hospitales para que puedan ejercer su derecho al voto. 

Mientras tanto, en Catalunya el Govern ya ha hecho oficial el anuncio: se posponen las elecciones, previstas para el 14 de febrero, y se celebrarán, seguramente, el 30 de mayo. El aluvión de críticas ha comenzado a escucharse por algunos sectores que señalan a Portugal como ejemplo. Sin embargo, es cierto que para tener a Portugal como referente habría que hacerlo en distintos ámbitos: sobre todo en el del confinamiento, algo que ya se ha dicho en reiteradas ocasiones que en España no volverá a suceder, a pesar de las cifras que estamos teniendo de contagios. 

Visto lo visto, no vendría mal tomar nota de las medidas que toma Portugal, porque cuando se toman precauciones, cuando se piensa en la gente, también hay manera de celebrar unas elecciones seguras, algo que en Catalunya, ahora mismo, parece imposible. 

De lo del jamón serrano os hablaré otro día, porque Portugal nos ha declarado la guerra por la denominación de origen. Pero a pesar de eso, como decían los de Siniestro, menos mal que nos queda Portugal, aunque sea para darnos envidia.