El año 2023 se ha conseguido un nuevo récord, en este caso en el de renuncias a herencias. Hubo más de 354.000 adjudicaciones de herencias a las cuales renunciaron más de 56.000 personas. Es decir, renunciaron 1 de cada 6 personas. Hay que decir que a una sola herencia puede renunciar más de una persona.

La pregunta que todos nos hacemos es: ¿por qué?

Pues por varios motivos. El primer motivo es por las deudas que puede suponer aceptarla. El finado podía tener más pasivos que activos y eso puede suponer heredar deudas. ¿Solución? Aceptar la herencia a beneficio de inventario, es decir, se acepta la herencia, se pagan las deudas y si sobra alguna cosa se hereda, si no sobra nada o siguen las deudas, no se hace nada.

El segundo motivo, los problemas de liquidez que supone tener que hacer frente a los impuestos inherentes a esta, concretamente al pago del impuesto de sucesiones y donaciones.

Y la tercera, y quizás sorprendente, es aquella en la cual los herederos reconocen no tener una suficiente relación con la persona que ha muerto y no ven del todo justo aceptarla.

¿Y qué pasa cuando una herencia no se acepta? Pues que va a parar al Estado, eso sí, ¡a beneficio de inventario!

 

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