Como explicábamos la semana pasada, de los resultados obtenidos en las elecciones generales, ni ERC ni Junts han obtenido los requisitos mínimos para tener grupo parlamentario propio en el Congreso. Pero había una opción posible y era la de que otros grupos parlamentarios prestasen diputados para poder alcanzarlos. Y todo parece apuntar a que así ha sido. 

Este viernes ha terminado el plazo para inscribir los grupos parlamentarios en el Congreso. La mesa debe aprobarlos el próximo lunes, pero en principio se confirma que tanto Junts como ERC van a tener grupo parlamentario propio

Será el lunes por la tarde cuando se reúna el pleno de la mesa para obtener la confirmación oficial. Pero todo apunta a que no habrá sorpresas, y finalmente habrá nueve grupos parlamentarios en el Congreso para esta próxima legislatura.

Los partidos independentistas catalanes tendrán grupo propio, gracias a la cesión del PSOE de cuatro diputados a Junts y Sumar dará dos a ERC. En El Senado, el PSOE también cederá senadores al PNV y a Junts, aunque en el Senado, donde hay mayoría del Partido Popular en la mesa, ya han anunciado que pedirán un informe previo jurídico para comprobar si esta cesión es legal. 

El préstamo para el registro del grupo propio en el Congreso se rige en virtud de la interpretación del Reglamento que hizo el órgano de gobierno de la Cámara en 1993, con mayoría socialista, para que Coalición Canaria lo obtuviera sin cumplir todos los requisitos exigidos en la norma interna. Esta fórmula, que se puso en práctica por primera vez en 1993, con mayoría socialista, ha sido empleada a lo largo estas dos décadas tanto por Mesas de mayoría conservadora como de mayoría progresista.

Tener un grupo parlamentario propio en el Congreso supone tener voz en las comisiones y en las sesiones plenarias. También es fundamental para poder presentar iniciativas legislativas y para tener presupuesto económico para el grupo político (unos 30.000 al mes, más partidas específicas para los diputados). La diferencia entre tener o no tener grupo propio, en términos económicos, podría estar en unos tres millones de euros

La cesión de los diputados para tener grupo parlamentario propio era uno de los acuerdos a los que se llegó para sellar la constitución de la mesa del Congreso, donde la socialista Francina Armengol resultó elegida presidenta. 

El mecanismo de "préstamo" de diputados consiste en que un partido cede a otro los diputados necesarios para cumplir los requisitos de formación del grupo. 

Después, los diputados prestados regresan al grupo parlamentario de origen. 

Para mantener su condición de grupo parlamentario, el que recibe el préstamo debe mantener su número de miembros, porque si los pierde por debajo de la mitad, quedaría disuelto y pasaría a formar parte del Grupo Mixto, perdiendo sus derechos como grupo parlamentario propio. 

Esta negociación debe enmarcarse dentro de las que se llevaron a cabo para la constitución de la mesa del Congreso. Y por el momento, nada tiene que ver para la investidura, cuya negociación estaría comenzando en estos momentos sus pasos. El rey ha anunciado ya que llamará en primer lugar a Feijóo para darle la oportunidad de configurar un gobierno, para el que, de momento, todo apunta a que no tendrá los apoyos necesarios. Mientras tanto, se gana tiempo para poder presentar los hechos que desde Junts exigen al PSOE, más allá de las promesas y las palabras. 

Tener grupo propio parlamentario era un paso fundamental para poder desarrollar una política parlamentaria propia. Aunque esta noticia parece haber pillado por sorpresa en distintos ámbitos independentistas, era algo que se había anunciado hace tiempo, justo después de conocerse los resultados electorales, donde ya quedaba claro que la negociación con Junts y con las demás formaciones independentistas sería clave. 

Queda todavía el camino hacia la investidura por recorrer. Pero sin lugar a duda, se está avanzando en una dirección, en mi opinión, positiva: la del diálogo, la del reconocimiento y la del respeto hacia las formaciones independentistas. Esperemos que se siga por esta senda y se articulen los mecanismos para hacer efectiva la amnistía y, también, se aborden las necesidades necesarias para trasladar al plano político el procés catalán.