La covid, la inflación que no para de crecer, la guerra de Ucrania y la incertidumbre en la cual estamos constantemente no solo han afectado al tejido empresarial, provocando la insolvencia de muchas compañías, sino que también ha afectado a muchas familias, cuya situación financiera las ha llevado a solicitar el concurso de acreedores, antes conocido como suspensión de pagos.

La actual normativa permite a las familias, tengan negocio o no, solicitar el concurso de acreedores cuando no puedan hacer frente a los pagos más habituales, y eso es lo que están haciendo miles de personas. Según datos del Colegio de Registradores, en 2022 el número de deudores en concurso fue de 14.424, un 47,9% más que en el 2021. De esta cifra, 9.669 fueron personas físicas, más de dos tercios del total y aumentando un 71% respecto del 2021. Los concursos empresariales también crecieron, en este caso, un 16%.

Estos datos evidencian el daño que está haciendo la situación económica que estamos viviendo, encadenando tres crisis consecutivas en poco más de una década y el alto precio que pagamos por la inestabilidad de estos momentos. Todo esto, intensificado en la segunda parte del 2022 y sobre todo en el último tramo del ejercicio. Como siempre comentamos, a ver cuánto dura y cuándo se empezará a recuperar la economía. ¡Esperemos que sea pronto!