¿Para qué tenemos mascotas? Las razones son múltiples: proporcionan compañía, ayudan a hacer ejercicio y, como de natural gustan de comer lo que ingieren sus dueños, pueden hasta servir para ayudar a adelgazar. Además de todo eso, y especialmente si se trata de gatos o perros, cumplen otra función: facilitan a sus dueños contenidos para hacer más interesantes sus perfiles en redes sociales. Así lo demuestra, al menos un reciente estudio. Con todo, hay que tener algo en cuenta: compartir según qué contenidos puede hacernos más vulnerables a ciertas estafas.

Mascota Unsplash
 

Contenido con animales como protagonistas

El estudio lo ha elaborado Rover.com, portal de servicios para mascotas y según el mismo, siete de cada diez dueños de gatos comparten de manera regular imágenes o vídeos en los que el gato es protagonista. En el caso de los perros el porcentaje es menor, pero también ronda el 50%. Hay, sin embargo y en ello un pequeño problema: quien comparte este tipo de contenidos, sin quererlo, se arriesga a veces en exceso. ¿Por qué? Pues porque los gatos (y los perros) pueden escaparse o perderse y el hecho de que el dueño de uno de estos animales comparta de manera regular contenidos en los que es protagonista evidencia la existencia de un vínculo sólido con el animal. En estos casos, quien comparte estos contenidos debe ser consciente de que, al hacerlo, puede estar convirtiéndose en potencial objeto de extorsión por parte de ciberdelincuentes que, aprovechando algún episodio de extravío -si se da, lo habitual es que se haga un llamamiento en redes para localizar al animal-, planteen secuestros virtuales, de delincuentes offline que planteen secuestros reales o, también, de personas con pocos escrúpulos que, tras algún conflicto con el dueño de la mascota, quieran hacer daño al animal para también dañar así al dueño. Y tampoco hace falta llegar a tanto: pueden utillizar a tu mascota para estafas menos elaboradas como, por ejemplo, ofrecerte servicios inexistentes vinculados al animal.

Si bien es cierto que compartir contenidos con gatos como protagonistas -con perros menos, pero también- es tendencia, no lo es menos que hacerlo en exceso hace a quien los comparte más vulnerable. En sí, y con las mascotas, convendría actuar del mismo modo que se actúa con los niños en lo que a compartir contenidos se refiere. No se trata ahora de privacidad -que en este caso, tanto da, porque hablamos de animales- sino de seguridad y de discreción. Lo valioso, en redes, no debería mostrarse sin precauciones y una mascota a la que se quiere, por supuesto, es valiosa.

El gato, miembro de la familia

La encuesta muestra otros datos interesantes: el 89% de los propietarios de un felino lo considera “un miembro más de su familia” y el 30% indica que el gato con el que comparten sus días les brinda “mucha compañía” pues, “mitiga la sensación de soledad”. El 30% de los encuestados admite tener un “fuerte vínculo emocional con su mascota y el 23%, que reduce su estrés. ¿Conviene por tanto sobreexponer en redes a un animal al que se estima?