Como Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) se conoce una serie de afectaciones que uno neonato puede tener si su madre ha bebido alcohol durante el embarazo. Estas alteraciones pueden incluir discapacidades físicas y cognitivas, así como problemas de conducta y de aprendizaje, y, a menudo, se pueden dar varias afectaciones al mismo tiempo. La prevalencia de TEAF en niños y jóvenes en Europa es de 19,8 por cada 1.000 habitantes.

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Nada de alcohol durante el embarazo

Para evitar este síndrome es fundamental comunicar desde las instituciones y desde los servicios sanitarios la importancia de no beber alcohol, ni siquiera en pequeñas cantidades, ni consumir otras drogas durante la gestación. Así, desde la Subdirección General de Adicciones, VIH, Infecciones de Transmisión Sexual y Hepatitis Víricas de la Generalitat se ha activado un programa de acción que contempla la mejora de las herramientas de apoyo a los profesionales en el marco del Protocolo de seguimiento del embarazo, el estudio de las necesidades de las embarazadas y la mejora de los sistemas de identificación precoz de la TEAF.

¿Cómo se diagnostica?

Diagnosticar este síndrome es difícil. Hay indicios, como el bajo rendimiento escolar y las dificultades en actividades cotidianas. Como herramienta de prevención, los niños dados en adopción que proceden de países extranjeros son siempre evaluados para determinar si sufren un síndrome para el que no existe un tratamiento eficaz para todos los casos, dado que los síntomas varían de un niño a otro.