Ya están aquí: adoptan la forma de tatuajes (o calcomanías, que por su descripción son más bien eso) pero, en realidad, son herramientas tecnológicas que permiten recoger todo tipo de datos directamente del cuerpo de las personas. Son, en sí, un pasó más allá de los relojes inteligentes y aunque de momento son muy caros de fabricar, acabarán abaratándose y siendo comunes.

tatuaje inteligente
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Tecnología vestible

Para denominarlos, se ha creado un concepto: tecnología vestible, que designa a elementos estéticos que se convierten en herramientas funcionales y pueden aplicarse a actividades tan cotidianas como hacer deporte o cuidar la propia salud. De momento, su principal hándicap es su especificidad: cada tatuaje sólo tiene una función y, por eso, desarrollarlos no es ni fácil ni barato.

¿Cómo son?

En realidad, más que tatuajes son calcomanías: se presentan como láminas delgadas y flexibles de silicona que se adhieren a la piel por un lado y a un conjunto de circuitos preprogramados por el otro. Por supuesto, pueden retirarse y reutilizarse y sus aplicaciones son tantas como puedas imaginar: desde monitorizar tus pulsaciones a contar tus pasos, medir tu temperatura, pagar, permitirte el acceso a determinados lugares o, por qué no, suministrar medicamentos o cualquier otra cosa. Como toda tecnología, puede servir para cosas buenas y para otras que no los son tanto. Habrá que estar atentos.