El superordenador del futuro es una realidad, al parecer este puede hacer cálculos imposibles, predecir algunos desastres naturales e incluso contribuir al diseño de fármacos.

De los superordenadores se ha venido hablando desde hace un tiempo y ya existen algunos modelos que demuestran unas grandes capacidades en procesamiento de datos de diferentes índoles.

Las actividades de los superordenadores

Hay que tener claro que este tipo de máquinas no son iguales a las que se suelen tener en los hogares. 

Ya que los superordenadores cuentan con un sistema informático que tiene una capacidad de cálculo que permite resolver operaciones altamente complejas en poco tiempo.

Estos equipos son tan rápidos que utiliza peta Flops como unidad de minutos que son equivalentes a mil billones de operaciones por segundo.

Superordenador Fugaku
Superordenador Fugaku

Suelen tener más de una unidad central de procesamiento y estas se agrupan en nodos de cálculos, es decir, un grupo de procesadores o multiprocesamiento simétrico y un bloque de memoria.

En el mundo real, este tipo de ordenadores ofrecen grandes oportunidades en investigaciones especiales, sobre todo en el área de educación, en laboratorios e incluso para el diseño industrial de fármacos.

Estas supercomputadoras se están usando para hacer estudios importantes como, por ejemplo, para el tratamiento de varios tipos de cáncer y el Alzheimer. Incluso para predecir algunos fenómenos meteorológicos.

Uno de los superordenadores más potentes es Fugaku el cual está compuesto por 158.976 nodos, los cuales están repartidos en 432 racks o torres. Por lo que se ha ganado el puesto mundial en las clasificaciones HPCG y Graph500 BFS.

Según del Director de la Unidad de Tecnología y Sociedad del Futuro de Fujits Limited, Fugaku es un superordenador de primera clase, el cual ofrece una amplia gama de aplicaciones en el mundo real.

Incluso ha indicado que este contribuye al descubrimiento de nuevos fármacos, lo que lo convierte en una herramienta que hace el bien para la humanidad.

España no se queda atrás y es que en nuestro país se utilizan los superordenadores para hacer predicciones climáticas, estudiar las ondas gravitacionales, diseñar enzimas para nuevos tratamientos, hacer avances en nanotecnología, entre otras aplicaciones.