El móvil sirve para muchas cosas y una de ellas es practicar el sexting. Como tal cosa, se entiende aquella práctica sexual consistente en enviar o recibir contenido subido de tono a través del móvil en formato vídeo o foto. Un reciente estudio elaborado por ESET España, empresa especializada en ciberseguridad, indica que un 94% de los usuarios de entre 25 y 35 años han recibido alguna vez menajes, imágenes, audios o vídeos de tipo sexual.

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Casi un 50% de los usuarios almacena este tipo de contenido

Además de recibirlo y verlo, muchos usuarios lo conservan y ahí, precisamente, es donde empiezan los problemas. Alguien que dispone de imágenes explícitas de otra persona en las que se puede identificar a ésta de manera clara, puede utilizarlo con fines espurios. Las mujeres, según este estudio, se exponen más: un 60% de las encuestadas indicó que ha enviado contenido de este tipo en el que se mostraba su rostro. Entre los hombres, sólo admitía haberlo hecho un 35%.

Riesgos

El riesgo evidente reside en la posibilidad de ser víctima de una estafa o chantaje. De todos modos, el sexting se puede practicar de manera segura. Para ello, hay que evitar la exposición del rostro o rasgos que permitan identificar al sujeto y, también, conviene bloquear los dispositivos cuando no se usan. También es una buena idea no archivar este contenido nunca y enviarlo de manera que quien lo recibe tampoco pueda hacerlo. En lo demás, tú eliges. Existen hasta guías para que esta práctica lúdico-festiva no se convierta en algo de lo que debas arrepentirte.