España es el país perfecto para la producción de energías renovables. En gran parte del territorio, sobre todo en el sur y el centro, hace mucho sol casi todo el año, de modo que las placas solares son muy efectivas para convertir la luz en electricidad. No solo se ahorra un buen pellizco en la factura, sino que con una buena batería en casa se puede almacenar para evitar quedarse a oscuras en caso de que haya un corte en el suministro.
Por otro lado, el agua de los ríos y embalses para generar energía hidráulica. Si bien está bastante explotada y depende bastante de las lluvias, no hay que perderla de vista. España también está experimentando con la energía mareomotriz y undimotriz para aprovechar al máximo sus costas, sobre todo las del Cantábrico y Atlántico.
Y no podía olvidársenos la energía eólica. España es uno de los países líderes en Europa en su producción, ya que hay zonas con mucho viento (puedes consultar el mapa de parques eólicos para hacerte una idea de qué comunidades producen más): Castilla y León, Galicia, Aragón, Andalucía y algunas costas. Para producir energía eólica se necesitan molinos de viento. Si nos cruzamos con ellos en algún viaje por carretera, podremos ver que no siempre están en movimiento, a pesar de haber viento. ¿A qué se debe? Te lo explicamos.
Motivos por los que los molinos de viento no siempre están en movimiento
Los molinos pueden no estar en movimiento por diversos motivos. Uno de los principales es la velocidad inadecuada del viento. Estos dispositivos solo funcionan cuando la velocidad del viento está en un rango determinado. Si es demasiado flojo, no produce la suficiente energía como para compensar el desgaste. Si es demasiado fuerte (a partir de 25 m/s o 90 km/h), se paran automáticamente por seguridad, para evitar posibles daños.
También pueden estar parados por tareas de mantenimiento o avería. Si no están en un estado óptimo, tienden a ser desconectados temporalmente. Además, cuando las temperaturas son extremas (por ejemplo, tanto frío como para que se produzca y acumule hielo en las aspas) o existe algún problema en los sensores, se paralizan.
Si la red eléctrica está saturada o hay poca demanda, los molinos pueden ser desconectados al no ser necesarios en ciertos momentos. Otro motivo de peso para que no estén activos es para respetar normativas ambientales; hay casos excepcionales en los que se programan para que no funcionen, por ejemplo, en épocas de migración para algunas aves.
Como ves, existen varias circunstancias en las que los molinos de viento pueden no estar en movimiento, incluso habiendo el viento suficiente como para mover las aspas y generar energía que se transforme en electricidad. En esta vida, casi todo tiene una explicación.