Ninguna de ellas implica perjuicios para el ser humano, pero hay una de las dos que permite conservar mejor el indispensable líquido que nos ocupa. Nos referimos, claro a las botellas de cristal y a las de plástico y el líquido que nos ocupa no es otro que el agua.

Mejor cristal
Y, sí, el agua se conserva mejor en botella de cristal, ya que al vidrio no lo degradan ni la luz solar ni, casi tampoco, el tiempo. En el caso del plástico PET, que es el que se utiliza mayoritariamente para las botellas de agua, lo normal es que se nos aconseje consumir el agua antes de una fecha determinada, ya que este material sí que se degrada cuando está cerca de una fuente de calor directo o, simplemente, por culpa de la luz del sol. Incluso, si la degradación es notable, puede ocurrir que determinadas partículas del envase pasen al agua y la contaminen. Por supuesto, no es nada especialmente peligroso, pero sí que hay algo seguro: el agua no sabrá sólo a agua
Nunca rellenar
Y como el PET se degrada, reutilizar las botellas usadas es una mala idea. Lo mejor para nuestra salud y, también, para nuestras papilas gustativas, es deshacernos de las botellas de plástico usadas y, si hemos de usar algún recipiente para nuestras necesidades diarias, echar mano de botellas o de alguna de las muchas jarras fabricadas en vidrio, metal o en plásticos mucho más estables que el PET.