La gama súper-alta ha llegado. Samsung y Apple han rebasado la línea que hasta este año nadie se había atrevido a superar: los 1.000 euros por un teléfono móvil. Actualmente, la gama media de smartphones es más accesible que nunca y la gama alta se queda a la mitad de precio respecto a los nuevos terminales. Mucha gente se plantea una pregunta: ¿merece la pena pagar ese precio por un móvil?

Prácticamente todos los smartphones son capaces de llevar a cabo las mismas tareas: leer y escribir mensajes, hacer fotografías, consumir contenidos multimedia o navegar por Internet. Los factores diferenciales entre un teléfono de más de 1.000 euros y el resto son varios pero, en resumen, se trata del cómo puedes hacer todo eso.

El componente técnico marca grandes diferencias. Tanto en rendimiento como a nivel de prestaciones, los procesadores, la cámara o el software declinan la balanza. En el caso de la cámara, los teléfonos más caros siempre han destacado con mayor autoridad en este terreno y, aunque hoy en día cada vez son más los móviles que se comportan mejor en cuanto a fotografía, los gama súper-alta han subido el listón.

Galaxy Note 8, a toda potencia

El Samsung Galaxy Note 8 ya se encuentra disponible en el mercado a un precio de 1.010 euros. Se trata de un terminal que comparte muchas características con el Galaxy S8, pero los detalles marcan la diferencia en este caso. Una pantalla más grande, un lápiz digital o una cámara dual son algunas de las ventajas que le permiten al Note 8 sacar mayor músculo.

El smartphone de Samsung lleva el último procesador Exynos 9, fabricado por la propia marca, que se encuentra a la par con el mejor procesador del mercado en cuanto a teléfonos móviles, como es el Snapdragon 835 de Qualcomm. Este chip se apoya en una memoria RAM de 6 GB que asegura una fluidez altísima.

El móvil garantiza un potencia muy elevada en cuanto rendimiento. Sin embargo, el público dispuesto a pagar un precio como este busca más ventajas además de un buen procesamiento. Aquí entra la marca y el diseño: el factor de exclusividad de un gama súper-alta es un punto por el que hay consumidores dispuestos a pagar.

En cuanto a diseño, la pantalla ocupa todo el frontal, sin botones ni marcos, lo que resulta en un acabado que ya no es vanguardista, puesto que teléfonos de gamas inferiores de LG o Xiaomi ya están fabricados así. Su panel es un Super AMOLED de 6,3 pulgadas a resolución QHD (2K), lo que supone una experiencia visual de alta calidad. Factores diferenciales: escáner de iris y reconocimiento facial.

La cámara, por su parte, cobra una importancia capital a la hora de comprar un móvil y, en el caso de un terminal de estas características, es especialmente más relevante.  El smartphone de la empresa surcoreana cuenta con dos sensores traseros de 12 megapíxeles, ambos con estabilizador óptico. Esto quiere decir que entre los dos sensores se pueden crear distancias focales y aperturas distintas, lo que permite obtener imágenes con desenfoques del fondo y otros tipos de efectos para obtener imágenes de muy alto nivel.

iPhone X, más exclusividad que nunca

Si los teléfonos de Apple siempre se han caracterizado por ofrecer un factor premium o de exclusividad a sus usuarios, con el iPhone X, que se lanzará al mercado el próximo 3 de noviembre, este hecho aún será más notorio. El modelo más barato de este smartphone cuesta 1.159 euros, mientras que la versión superior vale 1.329 euros.

Las mayores novedades del iPhone X se encuentran en la pantalla y el diseño. Apple, que se resistía a la corriente de las pantallas sin marcos, finalmente ha optado por aplicar este diseño en su nuevo gama súper-alta. El terminal monta una pantalla de 5,8 pulgadas con panel AMOLED de Samsung a una resolución 2K. El acabado del móvil es en cristal, tanto en la parte frontal como en la trasera.

Los factores diferenciales respecto al resto de iPhone: la eliminación del botón de inicio y del detector de huella Touch ID. La empresa estadounidense ha decidido apostar por la identificación facial para detectar el rostro del usuario desde diferentes ángulos.

Además, el teléfono cuenta con un procesador A11 Bionic, desarrollado por Apple, acompañados de 3 GB de memoria RAM que estarán optimizados para garantizar una fluidez y un rendimiento de primera. Además, el teléfono incorpora la carga inalámbrica y la carga rápida.

Tanto en el caso del Samsung Note 8 como del iPhone X, ¿se tratan de características que justifican el precio? Lo cierto es que hay un surtido de smartphones en el mercado que son más accesibles económicamente y que no se encuentran tan lejos en cuanto a experiencia y satisfacción de usuario. La obsolescencia de los terminales es, además, cada vez más corta. Se trata de una decisión solo apta para quienes estén dispuestos a pagarlo.