Se llama Vagdaon. Tiene unos 11.500 habitantes; está situado en la provincia de Sangli, en la India; y desde hace unos meses, todos los días a las siete de la tarde suena una alarma en sus calles que avisa a los residentes de la obligación de apagar sus televisiones y teléfonos inteligentes. ¿Para qué lo hacen? Pues para que los vecinos hablen entre ellos.

Durante hora y media
Las autoridades de Vagdaon han decidido que, durante al menos una hora y media al día, los vecinos de la localidad deben olvidarse de la tecnología, que se había convertido en una adicción para muchos de ellos. La decisión se tomó el pasado 14 de agosto, víspera del Día de la Independencia de la India. Los primeros días, pese al acuerdo general, algunos decidieron ir por libre y seguir conectados, pero hoy casi todos cumplen con lo establecido. Algunos vecinos, como Dilip Mohite, hasta explican las ventajas: “mis hijos son tres y no se concentraban en sus estudios. Ahora sí lo hacen y, además, hemos recuperado las conversaciones familiares”.
Menos estrés
En la India, como en el resto del mundo, la pandemia ha incrementado las horas de conexión y desde entidades como el Instituto Nacional de Salud Mental y Neurociencias vinculan esta situación al incremento del estrés y la ansiedad, especialmente entre los adolescentes. Manoj Kumar, profesor de este Instituto, considera que Vagdaon es un ejemplo a seguir.