Los audios son una de las funciones mejor valoradas y más odiadas al tiempo de entre las que ofrece Whatsapp. Para quien lo envía, puede ser una bendición pero, para quien lo recibe (dependiendo de la situación) puede llegar a ser un suplicio. Con todo, existen unas reglas básicas para utilizarlos correctamente que merece la pena conocer.
No te alargues más de la cuenta y, si tienes que hacerlo, divide tus audios
Whatsapp no fija un límite máximo para los audios que permite enviar y, por ello, a menudo hay personas que se exceden en la duración y la densidad de información que incluyen. Hablar es más fácil que escribir o, al menos., lo parece, pero debemos tener claro que, si queremos que nuestros audios sirvan como herramienta comunicativa, no pueden ser interminables (mejor no pasar de los dos minutos) y, antes de grabar y enviar, debemos saber qué queremos contar y cómo pretendemos hacerlo. Si lo que debes explicar no cabe (cosa difícil) en dos minutos, envía dos audios sucesivos pero, eso sí, deja tiempo suficiente entre uno y otro como para que tu interlocutor pueda escuchar el primero que le remites antes de recibir el segundo: no hay nada peor que esas personas que te atormentan con audios inconcretos que se reciben en tu móvil con la cadencia de los disparos de una ametralladora.
Escucha antes de enviar
Un audio es una herramienta de comunicación y, por eso, conviene escucharlos antes de remitirlos. ¿Verdad que lees los mensajes que envías antes de hacérselos llegar a tu interlocutor? Supongo que sí y, si no, deberías hacerlo, así que, con los audios, igual. Si después de la primera escucha te das cuenta de que no se entiende nada, bórralo y prepara otro.
Recuerda que llamar todavía es una posibilidad
Si no eres capaz de preparar audios cortos, claros, concretos y concisos; llama. Sigue siendo, aunque a menudo nos olvidemos de ello, una utilidad de nuestro móvil. Obtendrás respuesta inmediata y te contestarán sólo si la llamada se produce en el momento adecuado
No te desesperes si tardan en responderte
Leer un mensaje se puede hacer en cualquier situación, pero escucharlo es más complejo. Tu interlocutor puede estar con más personas y no disponer de auriculares o, también, encontrarse en un entorno ruidoso con la escucha de tu audio no es posible. Si tardan en responder, calma y, eso sí, nunca jamás escribas, después de enviar un audio, un mensaje preguntando por qué no te contestan