Estos días, y ni siquiera el intenso uso de drones por parte de los manifestantes para registrar las protestas lo conjura, vuelve a circular el tópico: los agricultores, y especialmente los que llenan estos días las carreteras, tienen problemas serios a la hora de manejarse con la tecnología. Determinados sectores altermundistas lo pregonan: detrás de las protestas, además de la voluntad de no cumplir normas (impuestos por burócratas europeos, pero eso es otra cuestión), estaría una supuesta incompatibilidad de los profesionales del sector agrario con la tecnología. El problema es que tales afirmaciones casan mal con la realidad, porque los agricultores tienen más competencias digitales que el ciudadano medio. Así lo indica un estudio elaborado por el Foro para el Impulso de la Transformación Digital en el Sector Agroalimentario Datagri.

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Un sector muy tecnificado

Y no es para menos, porque la tecnificación es norma en los sectores agrícola y ganadero desde hace años. Los profesionales del campo han hecho suyas muchas de las tecnologías disruptivas que han llegado en los últimos años y que, pese a las trabas con que se encuentra habitualmente, es uno de los más dinámicos del país.

El 94% de los agricultores, con competencias digitales básicas

Así, y según este estudio, el 94% de los agricultores españoles acredita competencias digitales básicas al tiempo que sólo el 64% de la ciudadanía en general lo hace. ¿Por qué? Pues porque la agricultura es un sector cada día más tecnológico. Así, y según el Observatorio de Digital del Sector Agroalimentario y del Medio Rural,  el 83% de las explotaciones agrarias recoge datos de sus procesos productivos para mejorar la gestión y el rendimiento. Y, además, la mayoría de profesionales del sector se han formado para ello en academias privadas o de manera autodidacta. El estudio, por ejemplo, indica que el 52% de los agricultores no solicita ayudas a la digitalización que están disponibles y que el 63% de los ganaderos hace lo mismo. ¿Por qué? Porque consideran que lo que se ofrece casi nunca se ajustan a sus necesidades. Alguien, quien sea, debería tomar nota cuanto antes, porque los millones que se invierten en modernizar un campo que ya es moderno están, quizá destinándose a fines que no son los que se precisan. Quizá, de esa manera (y no intentado criminalizarlas) las protestas de estos días no serían tales. O igual sí, porque en determinados asuntos se ha ido demasiado lejos.