Los cambios en la normativa reguladora de las comunicaciones comerciales no deseadas no están teniendo el efecto deseado y las llamadas indeseadas menudean tanto o más que antes. Unas de las más habituales son las que llegan desde números como el 919 97 96 14 o el 919 97 96 67 y cuyos responsables se identifican como “operadores” de una supuesta “asesoría energética”. Si las recibes, desconfía: son fraudes.

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Mecanismos

El mensaje que trasladan va variando, pero el fondo siempre es idéntico: la promesa de un descuento del 20 o el 30% sobre el consumo. El usuario podría beneficiarse de él gracias unas veces a la subsanación de un error –indican, por ejemplo que la factura se emite desde una provincia diferente a la del punto de suministro y que tal circunstancia implica un recargo según una normativa que detallan pero que, en realidad, no existe- o a partir de una “actualización”. Incluso, hay casos en los que llegan a indicar que contactan porque la empresa que presta el suministro “va a desaparecer”. La supuesta oferta se combina con datos reales del usuario que la supuesta asesoría ha conseguido de manera que el operador no aclara –suelen decir que ellos “trabajan con todas las compañías”- y que otorgan credibilidad a la llamada. El objetivo siempre es el mismo: confirmar la veracidad de los datos de que disponen y llegar a conseguir que se les faciliten datos bancarios. A veces, hasta ahí llega el nivel de sofisticación, ya disponen de ellos y buscan simplemente un simple sí tras el que llegan cargos indeseados a la cuenta de la víctima.

La solución: preguntar

Ante estas llamadas, lo más aconsejable es preguntar. A menudo, basta con algo tan sencillo como solicitar al operador que nos llama que indique de qué empresa llama exactamente y que facilite el CIF y el domicilio fiscal. Ante tales cuestiones, suelen colgar la llamada. ¿Disponen de ofertas reales? Sí, quien nos llama suele ser una compañía subcontratada (ahora o en su día) por una eléctrica que ha conservado de manera fraudulenta datos de particulares. Si la llamada llega a buen término, el llamante cambia el contrato del usuario y éste llega, a menudo, a pagar el kW/h a un precio mayor. Con todo, lo mejor es no contestar a estos números o bloquearlos.