Si algo tenemos seguro a diario es la salida del sol, pero esa no será la realidad de aquellos que formen parte de la nueva misión de la NASA. Un anochecer que no cederá de forma sencilla.
Estamos a las puertas de una nueva visita hacia la Luna y los astronautas que estarán presente en la misión, estarán en una oscuridad constante a lo largo del desarrollo de la misión.
¿Condiciones más adversas que hace 50 años?
Es una realidad que el panorama tecnológico de 1.969 (cuando se llevó a cabo la misión de Apolo) es bastante distinto al de hoy. Sin embargo, la nueva misión hacia la luna tiene unas características distintas a las de ese viaje.
Artemisa (la nueva misión), está evaluando a través de un superordenador Aitken de la NASA, se están creando un modelado y simulación de la misión, para lograr que una vez se ejecute el viaje, se pueda actuar sin ningún tipo de problema.

Artemisa
Un sol que nunca llegará
Mientras que el programa Apolo se encontraba apenas unos grados por encima del horizonte, las condiciones de Artemisa son completamente distintas, ya que tiene pensado entrar en el Polo Sur de la luna, lugar donde las sombras y también las noches son demasiado oscuras para el mundo.

Polo Sur de la luna
Para lograr “aclimatar” a los que formarán parte de esta misión, la NBL ha comenzado a dar entrenamiento en piscinas con 12 metros de profundidad ¿Te imaginas estar así por mucho tiempo? Pues es el objetivo de la misión.
Algo positivo que tiene este ordenador (Aitken) es que consumió en su primer año de funcionamiento, el 16% de la energía que necesitaba para la refrigeración, lo que redujo en unos 100.000 dólares.
No hay fecha para despegue
Si bien cada vez hay mayor información de los trajes, las condiciones y los análisis que se hacen, el viaje con fecha para 2025 pareciera que volverá a sufrir modificaciones.
La verdad es que la NASA ya se encuentra en capacidad de hacer el viaje, pero pretenden sacar el máximo provecho a la misión Artemisa y así ofrecer innovación para el mundo en general.