Que Irán quiere la bomba atómica es algo que sabemos desde hace décadas, pero que están más cerca que nunca de conseguirla es algo que sabemos sólo desde este més: el régimen de los ayatollahs tiene ya en funcionamiento dos instalaciones capaces de producir uranio enriquecido. Lo contaba esta semana la agencia de noticias Isna, considerada una de las más fiables del país asiático.
Desafío a la OIEA
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) considera este anuncio un nuevo desafío del régimen iraní, que está ahora más cerca que nunca de conseguir armamento nuclear. Llevan, de hecho, enriqueciendo uranio desde 2019 y disponen, al parecer, de 3.673 kg, doce veces más de los 300 kilos que se le permiten según el acuerdo que el régimen iraní firmo en 2015 con China, Francia, Rusia, Alemania y Reino Unido. De esos más de 3.600 kg, 62,3 están enriquecidos al 60% y aunque Teherán dice que los tiene para fines médicos, desde la OIEA se considera que es para fines militares. De todos modos, Irán considera que el acuerdo de 2015 ya no está vigente, porque en 2018 Donald Trump decidió abandonarlo. Los iraníes consideran que ahora hay que redactar un nuevo acuerdo que implique también a Estados Unidos.
Complejo contexto
El anuncio acerca del uranio llega al tiempo que Irán sigue facilitando drones militares a Rusia y las protestas internas contra el régimen arrecian tras las torturas y la muerte de Mhasa Amini a manos e la policía iraní. Nada más peligroso pues que un régimen en aprietos con la posibilidad de conseguir un arma nuclear al alcance.