A la greña con Francia: por si no tuviésemos ya suficientes problemas al sur con Argelia, que está ciertamente enfadada con la nueva postura española sobre el Sáhara Occidental y nos lo hará pagar cuando haya que hablar de gas, ahora le ponemos condiciones en lo energético a nuestro vecino del norte: por lo visto, y siempre según la ministra de Transición Ecológica, España no va a contribuir con electricidad aquí generada a que Francia pueda “fabricar hidrógeno rosa” ¿No sabes qué es ese hidrógeno? Ahora te lo contamos.

De colores

Del hidrógeno verde, a buen seguro, llevas oyendo hablar desde hace meses: es, en concreto, el que se produce con electricidad generada mediante sistemas de producción considerados limpios y, precisamente, ahí es donde está el dilema. En España, los sistemas de generación que se consideran limpios no son los mismos que en Francia o en el resto de Europa. Aquí, se consideran como tales los sistemas fotovoltaicos, los aerogeneradores y los desarrollos hidráulicos. Hay alguno más como, por ejemplo, la energía geotérmica o la mareomotriz, pero son marginales. Sobre el biogás, también hay cierto debate. Y es tan enconado que nos deja lejos de aprovechar todo nuestro potencial. ¿Y en Europa? En Europa, además de todo lo citado, se consideran también sistemas limpios de generación de energía las centrales nucleares y el gas natural, pero aquí no lo vemos así. Para los franceses, por tanto, el hidrógeno que se genera a partir de las centrales nucleares es, por tanto hidrógeno verde. En España, el Gobierno lo ve de otro color: rosa, en concreto.

Tipos de hidrógeno

El hidrógeno (que en realidad es incoloro) se genera como subproducto en prácticamente todos los procesos industriales y se considera de un color u otro en función del origen de la energía que se emplea en dichos procesos. Así, por ejemplo, la gasificación del carbón produce hidrógeno negro y la oxidación parcial del gas natural o el petróleo genera hidrógeno gris. Los procesos de electrólisis en los que interviene electricidad de origen no renovable producirían hidrógeno amarillo y el hidrógeno azul procedería de la gasificación de carbón o la oxidación parcial de gas natural y petróleo siempre y cuando en el proceso se introduzcan sistemas de captura de CO2. Existe también el hidrógeno turquesa, que procede de la pirólisis del gas natural y el hidrógeno verde, que se genera –según el Gobierno de España- cuando se utiliza electricidad de origen eólico, hidráulico o solar y, también, si procede de instalaciones en las que se quema biomasa o biogás, aunque sobre este particular hay debate. El hidrógeno rosa procede de procesos de electrólisis desarrollados en centrales nucleares y, si bien es cierto que en España lo consideramos de ese color, en Francia no es así: allí, echando mano de lo dicho por la UE, lo consideran verde.

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En Francia seguirán produciendo electricidad nuclear

Francia, a diferencia de España, no va a excluir los sistemas de producción de energía nuclear de su nuevo paradigma energético. De hecho, las centrales nucleares son allí pieza clave del nuevo sistema que están construyendo pero, ahora, tienen muchas centrales cerradas e importan electricidad de España. Su plan es construir nuevos reactores y aprovechar el hidrógeno que producirán los que se construyan y los que ya funcionan para reducir el uso de petróleo y carbón. España, que vende electricidad a Francia, no va a permitir que ese fluido –eso ha dicho Teresa Ribera- se utilice para producir un hidrógeno que, aquí, es visto por el actual Gobierno de España como rosa y allí se considera verde: "lo que no estamos dispuestos a hacer es suplir la demanda de electricidad doméstica porque estén usando sus plantas para producir hidrógeno. Eso sería una locura", considera Ribera. Veremos en qué queda el asunto y qué efecto tienen las próximas elecciones sobre la percepción del color del hidrógeno.