El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha conseguido dar cumplimiento a una de las más polémicas promesas electorales, la prohibición de los teléfonos móviles en los centros escolares. La Asamblea Nacional así lo ha aprobado, aunque la nueva ley todavía tiene que ser tramitada en el Senado.

Ahora bien, además de las críticas de la oposición, todavía queda pendiente establecer de qué manera se impedirá que los estudiantes hagan uso del móvil y qué sanciones se aplicarán en caso contrario.

En todo caso, la prohibición, que afecta sólo a los escolares, no a los docentes, propone que sólo se puedan utilizar los móviles en lugares expresamente autorizados o para usos pedagógicos. Por lo tanto, con llevar el móvil apagado y en la mochila sería suficiente para cumplir la normativa.

Malos usos de los móviles

El ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, ha defendido que la ley envía "una señal a la sociedad" y ha hecho referencia al "mal uso" que se hace de estos aparatos en cuestiones como el ciberacoso, la adicción en las pantallas o el acceso a contenidos violentos o pornográficos. También ha cuestionado el uso durante la hora del patio porque "puede ser nefasto porque puede reducir la actividad física y limitar las interacciones sociales." En Francia, el 93% de los adolescentes de entre 12 y 17 años tienen móvil.