Estados Unidos y China han acercado posturas. Las dos grandes potencias mundiales han llegado a un acuerdo con los aranceles. Donald Trump los reducirá del 145% al 30%, mientras que Xi Jinping hará lo mismo: ahora serán del 10%. No obstante, es una tregua temporal, ya que la medida será vigente durante 90 días (tres meses). Después, puede suceder cualquier cosa.
Sin embargo, el país norteamericano sigue sin fiarse del gigante asiático. Estados Unidos lleva tiempo siendo el objetivo de numerosos ciberataques, lo que ha llevado al Pentágono querer modernizar sus sistemas. Uno de los más recientes afectó a la infraestructura de telecomunicaciones, provocando que el FBI aconsejara a los ciudadanos no comunicarse por SMS al ser pocos seguros, promoviendo en su lugar el uso de servicios de mensajería con encriptación de punto a punto como WhatsApp o iMessage.
El ciberataque a la infraestructura de telecomunicaciones tuvo una consecuencia: la retirada de todo el equipo procedente de China. Los sistemas de HUAWEI y ZTE se sustituyeron por otros de compañías más «fiables», pues existe la preocupación de que los sistemas incorporaran puertas de acceso traseras para realizar los ataques cibernéticos. Pero Trump quiere ir un paso más allá: evitar que el mundo entero utilice los chips de HUAWEI.
Estados Unidos tiene miedo a China por sus grandes avances en IA
La administración Trump quiere frenar el imparable avance tecnológico de China a toda costa, y por eso ha advertido a empresas de todo el mundo que el potencial peligro de usar chips de inteligencia artificial desarrollado por HUAWEI, lo que además podría generar sanciones penales por violar los controles de exportación estadounidenses.
El Departamento de Comercio ha emitido una guía para aclarar que los procesadores Ascend de HUAWEI están sujetos a controles de exportación porque, con casi total seguridad, contienen o están fabricados con tecnología estadounidense. Por ello, la Oficina de Industria y Seguridad, que supervisa los controles de exportación, está adoptando un enfoque más estricto con los chips de IA producidos en el extranjero. Kevin Wolf, veterano abogado especializado en control de exportaciones de Akin Gump, asegura que:
La guía no es un nuevo control, sino más bien una confirmación pública de una interpretación de que incluso el mero uso en cualquier lugar y por cualquier persona de un circuito integrado informático avanzado diseñado por HUAWEI violaría las normas de control de exportaciones
La oficina ha confirmado que tres chips HUAWEI Ascend, los el 910B, 910C y 910D, estaban sujetos a regulaciones, y señaló que es probable que los chips hayan sido “diseñados con cierto software o tecnología estadounidense producidos con equipos de fabricación de semiconductores que son el producto directo de cierto software o tecnología de origen estadounidense, o ambos”.
No es casual que la alerta se haya producido ahora. China está pisando los talones a las compañías estadounidenses especializadas en el desarrollo de inteligencia artificial. A principios de año, la aparición de DeepSeek supuso un golpe en la mesa: un bot conversacional capaz de rivalizar con ChatGPT, pero cuyo coste de desarrollo había sido muy inferior.