De la energía nuclear se cuenta que el más eficiente de entre los distintos métodos de producción energética actualmente disponibles: ofrece continuidad en el suministro, no requiere de grandes aportes de materias primas y no genera emisiones de CO2. Por eso, desde la UE, se la considera ya a todos los efectos una energía limpia y, así, mandatarios como Macron o Biden la han convertido en pieza clave de su estrategia de descarbonización. En España, sin embargo, vamos por otro camino, que no es el de todos, pero se nos impone al resto. Ahora, desde la ONG ambientalista RePlanet, presentan un estudio según el cual los residuos nucleares –que son el elemento con el que quienes se autodenominan ecologistas auténticos justifican su oposición frontal a este sistema de producción energética- pueden servir también como combustible para reactores.

 

Reutilización

Replanet es una red de asociaciones ciudadanas que, en su página web, se define como una entidad que aporta soluciones “al cambio climático, la pobreza y el colapso de la biodiversidad” desde “un punto de vista científico”. En su estudio plantean que el combustible nuclear ya utilizado puede volver a emplearse para producir energía tras un adecuado tratamiento y en reactores nucleares más avanzados que los actuales. Según sus cálculos, serían posible generar electricidad libre de carbono para entre 600 y 1.000 años. Los reactores que harían falta, eso sí, son distintos de los actuales: se trata, en concreto de los FBR (fast breeder reactor o, en nuestro idioma, reactor de neutrones rápidos). Estos dispositivos se caracterizan por producir más material fisible del que consumen.  

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Nada de almacenes geológicos profundos

Para los miembros de Replanet, ideas como el almacén geológico profundo para albergar residuos nucleares que maneja el Gobierno de España son un disparate, ya que consideran que este material, según ellos erróneamente, considerado como sólo un residuo contiene hasta un 90% de energía fisionable que sigue sin utilizarse. Por tanto, instalaciones como el descartado almacén de Villar de Cañas recuperarían todo su sentido si se complementan con una planta de reciclado de estos materiales que ahora se descartan porque se consideran un problema irresoluble.

Seriedad

Replanet intenta con su propuesta agitar un estado de opinión que ignora informes como el elaborado por Naciones Unidas en 2022 que indican que la huella ambiental de los sistemas de producción de energía nuclear tiene un ciclo de vida “más bajo” que el de otros sistemas. Del mismo modo, denuncian desde Replanet, se obvia también que el Centro Común de Investigación de la UE señala que “no existe” base científica alguna que demuestre que la energía nuclear (adecuadamente gestionada) genere más daño al hombre y al medio que otros sistemas. Por todo ello, RePlanet concluye que la oposición a la energía nuclear de gobiernos como el nuestro es “peligrosa y acientífica”.