El presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, ha estado de «tour político» por Oriente Medio para firmar una serie de acuerdos con algunos países del Golfo Pérsico, reforzando así tanto sus relaciones económicas y estratégicas. Uno de los acuerdos alcanzados es para defensa y tiene un valor de 142 mil millones de dólares (125 mil millones de euros), que forma parte de un paquete de inversiones más amplio de 600 mil millones de dólares (529 mil millones de euros).
La administración Trump ha aceptado un lujoso regalo del gobierno de Qatar: un avión Boeing 747. Apodado como el “palacio volador”, ya se ha ordenado a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de América que evalúe la rapidez con la que el avión puede modificarse para su uso como el próximo Air Force One. Este «obsequio» ha suscitado fuertes críticas de los legisladores de los dos partidos políticos predominantes en el país norteamericano.
Un regalo «envenenado» que ha provocado críticas en todo Estados Unidos
El Departamento de Defensa de los Estados Unidos de América ha confirmado que Pete Hegseth, el secretario de Defensa, aceptó formalmente la aeronave en nombre del país. “El secretario de Defensa ha aceptado un Boeing 747 de Qatar de acuerdo con todas las normas y regulaciones federales”, aseguró Sean Parnell, portavoz principal del Pentágono.
Se está trabajando para garantizar que se tomen las medidas de seguridad adecuadas y los requisitos funcionales para que el avión puede ser utilizado para transportar al presidente de los Estados Unidos de América. Tal adaptación, según los legisladores demócratas, podría llegar a costar más de mil millones de dólares, ya que habría que instalar equipos de comunicaciones seguras, sistemas de defensa antimisiles y protección contra pulsos electromagnéticos.
El avión no es nuevo: tiene 13 años. Esto significa que no está equipado para servir como avión presidencial Air Force One. Si no se realizan los costosos cambios oportunos, la aeronave no podría utilizarse para trasladar a Donald Trump oficialmente, a no ser que fuera escoltado constantemente de aviones de combate.
Actualmente, Estados Unidos tiene dos aviones Air Force One completamente operativos. “No hay necesidad de modernizar el avión qatarí”, aseguró la senadora demócrata Tammy Duckworth, criticando la medida que se está barajando por el Departamento de Defensa.
Sin embargo, la mayor crítica está relacionada con la ética y la legalidad, ya que la legislación estadounidense regula de manera estricta los obsequios de gobiernos extranjeros para evitar la corrupción e influencia indebida. “Esta acción sin precedentes es una mancha en el cargo de la presidencia y no puede quedar sin respuesta”, declaró el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer.
La versión más moderna del Air Force One es el VC-25A, una versión altamente modificada del Boeing 747-200B. Cuenta con salas de conferencias y comedor, así como dormitorios privados para el presidente y al primera dama, oficinas para el personal senior, sistemas de comunicación seguros y sistemas de defensa y contramedidas electrónicas, entre otras características.