¿Creías que el de los hikikomori, esas personas que viven enclaustradas en su habitación y recluidas por su incapacidad para relacionarse fuera de Internet y su agorafobia, era un fenómeno exclusivamente japonés? Pues te equivocabas: si bien es cierto que es en Japón donde el problema se vive con más intensidad (hay unos 600.000), también se da en otros países del Asia más tecnificada e, incluso, en Sudamérica y Europa. Sólo en Barcelona, se calcula que podría haber unos doscientos. En Corea del Sur, el gobierno ha decidido activar un subsidio para evitar que el problema que se vive en Japón alcance dimensiones similares allí.

Cuatrocientos cuarenta y nueve euros
El subsidio en cuestión, amparado por la ley de apoyo al bienestar juvenil, asciende hasta los 650.000 wones o, lo que es más o menos lo mismo, 449 euros. Para cobrarlo, hace falta tener entre 9 y 24 años y residir en una familia con ingresos inferiores a los 3.700 euros mensuales para cuatro personas.
Salir a la calle
La ayuda, en un país en el que el sueldo medio es de unos 2.900 dólares mensuales, es poco más que un empujón para que estos jóvenes incapaces de enfrentarse a la cotidianeidad puedan reinsentarse de alguna manera y ver lo que se pierden al quedarse metidos en su habitación. Se trata, explica la ministra de Igualdad surcoreana, Kim Hyunsook, de una "ayuda especial a jóvenes en crisis que necesitan apoyo social y económico" para contribuir a lo que denomina su "desarrollo saludable". La medida conecta con un plan más amplio anunciado ya en noviembre de 2022 para velar por la salud psicológica y emocional de los jóvenes surcoreanos y contempla otras líneas de trabajo, como ayudas para formación, mejora de ocupabilidad y atención sanitaria.
Según los cálculos del gobierno, en torno a un 3% de los surcoreanos con entre 19 y 39 años viven aislados y desconectados del exterior en gran medida. Este porcentaje equivale a unas 350.000 personas. En Japón, un 1,5% de sus 125 millones de habitantes vive en lo que allí se define como “retraimiento social severo”, lo que supone casi 1,9 millones de personas. Un tercio de ellas son hikikomori en sentido estricto.