Cuando utilizamos un bot conversacional o cualquier otro software basado en inteligencia artificial, estos suelen conectarse a servidores remotos a través de Internet para procesar las peticiones y emitir las tan ansiadas respuestas que nos ayuden a desarrollar nuestro trabajo o disipar nuestras dudas respecto a un tema de interés.

Este sistema tiene sus ventajas e inconvenientes. La principal ventaja es que los centros de procesamiento de datos son mucho más potentes que nuestros ordenadores o dispositivos móviles, permitiendo ejecutar tareas mucho más exigentes. La principal desventaja es, justamente, requerir conexión a Internet para funcionar, además de confiar nuestros datos en una compañía tecnológica.

Si bien algunos fabricantes dotan a los smartphones, tabletas y ordenadores de chips más potentes o dedicados para procesar algunas peticiones de IA localmente, eliminando así los inconvenientes mencionados anteriormente, sus capacidades son bastante más limitadas. Pero han desarrollado un nuevo chip inspirado en el cerebro humano que promete revolucionar la industria.

Un chip diminuto que consume muy poco y no depende de la nube para funcionar

Un grupo de científicos alemanes ha desarrollado un innovador chip de IA que realiza cálculos en tiempo real y «en el sitio», sin depender de servicios en la nube o de conectividad a Internet, lo que garantiza total ciberseguridad para mantener la información a salvo de ataques.

Su nombre es AI Pro y combina unidades de memoria y procesamiento en una arquitectura neuromórfica compacta que imita cómo los humanos reconocen patrones y toman decisiones. Ha sido desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) liderado por Hussam Amrouch, PhD, profesor de diseño de procesadores de IA en la universidad.

AI Pro, de un milímetro cuadrado, imita cómo el cerebro humano procesa la información, permitiendo el aprendizaje y el funcionamiento independiente. Uno de los aspectos más interesantes es que su consumo es muy reducido: hasta 10 veces menos energía que los chips de IA convencionales.

El chip contiene alrededor de 10 millones de transistores. Si bien puede parecer poco frente a los 200 mil millones de transistores que incorporan los chips de alto rendimiento de NVIDIA, ofrece privacidad total de datos, una eficiencia energética envidiable y la posibilidad de ejecutar tareas en el propio dispositivo, diferenciándose así de la mayoría de propuestas del resto de compañías.

Todo esto se ha conseguido aplicando un concepto conocido como «computación hiperdimensional», un enfoque que agrupa y asocia diferentes puntos de datos para extraer inferencias. En otras palabras: el chip aprende detectando similitudes y patrones, no procesando grandes cantidades de datos. En lugar de aprender «devorando» miles de imágenes de, por ejemplo, un coche, el chip comprende lo que es un coche asociándolo con características como las cuatro ruedas, carreteras y formas típicas.

Este procedimiento tiene una gran ventaja positiva: bajo consumo. Durante la prueba, el AI Pro consumió apenas 24 microjulios, mientras que los chips de la competencia consumieron entre 10 y 100 veces más. “Esta combinación de arquitectura de procesador moderna, especialización de algoritmos y procesamiento de datos innovador hace que el chip sea algo especial”, explicó Amrouch.