La factura de la luz es ya un mal sueño para muchos en estos últimos compases del verano, pero amenaza con convertrise, si los precios del gas no bajan de repente, en una pesadilla de las más terroríficas que puedan imaginarse durante este invierno, que parece además que va a ser de los fríos. Así que, para minimizar facturas, conviene repasar unos consejos sencillos pero eficaces para que la inversión en calefacción que vas a tener que hacer seguro te cunda más y no te quedes sin Navidades.

Sistemas de calefaccion
Sistemas de calefaccion

 

Seis sencillas medidas

El primero de los seis consejos implica usar burletes, que no son otra cosa que ese material adhesivo con el que se sellan puertas y ventanas para evitar transferencias indeseadas de calor al exterior y de frío al interior. Un buen sellado con burletes puede permitirte ahorrar hasta un 40% de energía. Otra medida, tan interesante o más que la del sellado, afecta a los radiadores e implica purgarlos antes de comenzar la campaña de invierno. Con ello, se garantiza su eficiencia y buen funcionamiento. Los radiadores, además, deben utilizarse como lo que son: elementos para calefactar. Eso implica, por supuesto, que los cubreradiadores sobran y que la ropa no se tiende sobre ellos.

Si a estas tres sencillas medidas le añades otras también simples, pero eficaces como, por ejemplo, utilizar cortinas tupidas y alfombras; colocar reflectores en los radiadores situados en paredes que dan al exterior y asumir que con 19º y un jersey puesto ya se está bien en casa, vas a poder ahorrar hasta un 60% en tus facturas energéticas.

Pobreza energética oculta

Estos simples consejos han sido formulados desde Ecodes, una fundación sin ánimo de lucro con sede en Zaragoza que, desde el año 1992, trabaja a favor del desarrollo sostenible y el respeto al medioambiente. Para promoverlo, la fundación dispone de diferentes puntos de información desde los que acerca consejos a los usuarios para afrontar una situación compleja causada por la crisis energética en la que las familias empiezan a vivir casi en lo que podría definirse como una pobreza energética oculta que lleva a no encender la calefacción por miedo. Pequeñas medidas como las propuestas ayudan a conjurarlo.