El desarrollo armamentístico de China ha dado un nuevo giro con la conversión de artillería de cohetes terrestres en planeadores de precisión de bajo costo los cuales son capaces de atacar objetivos aéreos. Esta innovadora tecnología, desarrollada por el profesor Zhang Shifeng de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa en Changsha, ha producido un prototipo llamado Tianxing-1 (‘Estrella del Cielo-1’). Esta se trata de una munición basada en cohetes de artillería tradicionales, a la que se le han añadido alas para generar sustentación y aletas traseras ajustables que permiten maniobras aéreas tras el lanzamiento.

La artillería de cohetes, como el sistema estadounidense HIMARS (High Mobility Artillery Rocket System), se diferencia de la artillería convencional en que lanza cohetes autopropulsados en lugar de proyectiles mediante cargas explosivas. Estos sistemas, comúnmente montados en plataformas móviles, son valorados por su capacidad de despliegue rápido, movilidad y el poder de saturar las defensas áreas enemigas con fuego concentrado. Aunque tradicionalmente menos precisos que los misiles guiados, los sistemas modernos integran tecnologías de GPS o de guiado inercial para mejorar su precisión contra los objetivos señalados.

Si vemos esta tecnología a lo largo de la historia, la artillería de cohetes no es un concepto nuevo. Su origen se remonta a la Edad Media en China, aunque su aplicación moderna tuvo un punto de inflexión durante la Segunda Guerra Mundial gracias a sistemas diseñados por los contendientes como el alemán Nebelwerfer y o el soviético Katyusha.

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El Tianxing-1 representa un intento de, como han comentado las fuentes locales, “enseñar trucos nuevos a una tecnología vieja”. Al convertirse en planeador tras la fase de impulso, el cohete puede modificar su trayectoria para impactar objetivos estacionarios en el aire mediante vuelo pasivo, ya que no cuenta con motor tras el lanzamiento. Vuela a velocidades subsónicas (unos 200 m/s) y utiliza un algoritmo de guiado avanzado que ha reducido el margen de error de 50 metros a menos de uno. Aunque no puede seguir blancos en movimiento, puede efectuar ataques desde múltiples ángulos, lo que lo hace ideal para misiones de negación aérea contra blancos lentos o estáticos, como helicópteros o drones en vuelo estacionario.

Este enfoque plantea una alternativa intermedia entre los costosos misiles tierra-aire y los proyectiles no guiados, lo que podría transformar las estrategias antiaéreas futuras, permitiendo despliegues masivos de municiones económicas para defensa aérea.

No obstante, a pesar de su potencial, el Tianxing-1 es considerado más un prototipo experimental o herramienta de entrenamiento que un arma lista para el combate. Su sucesor, el Tianxing-2, ya ha superado pruebas con sistemas de guía más avanzados, según informes publicados en South China Morning Post.

Los detalles técnicos del desarrollo fueron publicados en la edición de abril de la revista académica de la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa. El estudio subraya los desafíos inherentes al guiado de planeadores sin motor y de baja velocidad para interceptar objetivos en el aire, abriendo un nuevo campo de investigación en tecnologías antiaéreas de bajo coste y alto volumen. Está claro que China quiere ganar la carrera armamentística y discutirle la hegemonía mundial a Estados Unidos.