Existe un coloso alado que ha captado la atención del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Su nombre es Windrunner y tiene unas dimensiones que pocas veces se ven en un vehículo aéreo: 109 metros de longitud, 79 metros de altura y una envergadura de 80 metros. Vamos, el equivalente a un campo de fútbol americano surcando los cielos.

Un avión capaz de transportar aspas eólicas y que seduce al Pentágono

La start-up Radia es la responsable de la creación de este gigante alado. En un principio, el Windrunner fue concebido para la industria eólica, especialmente para transportar las enormes aspas de turbinas, que casi suelen alcanzar los 100 metros de longitud. Sin embargo, ahora este avión, que multiplica por doce la capacidad de carga de un Boeing 747, podría ser la nueva pieza estratégica del ejército estadounidense.

La colaboración entre Radia y el Departamento de Defensa se ha oficializado a través de un acuerdo de investigación y desarrollo cooperativo, que ha sido anunciado en la página web de Radia, y tiene como objetivo evaluar si este gigante de los cielos puede integrarse en la logística militar, transportando materiales, ayuda humanitaria o equipos sobredimensionados.

Imagen del Widnrunner abierto para recibir mercancía
Imagen del Widnrunner abierto para recibir mercancía

Además, el ejército de Estados Unidos también quiere comprobar si el Windrunner puede operar en pistas no asfaltadas, un detalle fundamental para aquellas zonas en entornos de conflictos. Mark Lundstrom, fundador y CEO de Radia, ha asegurado que: "el WindRunner permite enviar los objetos más grandes del mundo a los lugares más difíciles de alcanzar". 

Además, señala que "al aprovechar el diseño y las capacidades únicas del WindRunner, podemos explorar juntos soluciones innovadoras para transportar cargas de gran tamaño y volumen, mejorando la capacidad del Departamento de Defensa para responder a los desafíos globales". Eso sí, Radia no pierde de vista su objetivo original: desarrollar los denominados GigaWind, enormes parques eólicos terrestres alimentados con turbinas del tamaño de rascacielos.

Para ello, un avión como Windrunner es crucial, ya que es capaz de transportar piezas gigantescas al corazón del continente. A finales del año pasado, la compañía firmó un acuerdo con la empresa italiana Magnaghi Aerospace para diseñar el sistema de aterrizaje de la aeronave, lo que permitirá al colosal avión poder aterrizar donde nadie más puede hacerlo. ¿Podría ser este el futuro de la logística aérea? Solamente el tiempo nos mostrará la verdad.