En Twitter han echado a la calle a más de la mitad de la plantilla –todavía no sabemos si entre los despedidos figura la espabilada que se hizo una foto durmiendo en las oficinas- y Meta, lo que antes era Facebook, ha despedido también a 11.000 de sus empleados pero, como no hay dos sin tres, ahora es Amazon quien entrega finiquitos: se va al paro un 1% de su equipo y, aunque pueda parecer poco, son 10.000 personas.

La pandemia les sentó regular
La pandemia, de la que ya nos hemos olvidado, ha sentado a Amazon regular: el despegue del comercio electrónico durante los meses de confinamiento llevó a la compañía fundada por Jeff Bezos a elevar su plantilla hasta el millón y medio de personas, pero a poco que todo ha vuelto a la normalidad, tal cifra de empleados se ha revelado innecesaria: por eso acometen ahora el ajuste de plantilla más drástico de sus 28 años de historia. Lo hacen en paralelo a una caída del 46% en la cotización de sus acciones.
Almacenes más pequeños con menos empleados
En Amazon llevan meses preocupados por los costes y, así, han reducido el tamaño de sus almacenes para necesitar menos mano de obra, han cerrado algunas de sus escasas tiendas físicas y han despedido a empleados del área de logística. Desde noviembre, han cancelado cualquier tipo de nueva contratación. Gran parte de las pérdidas que ahora registran derivan de la modesta respuesta que dispositivos como Alexa o Echo están registrando: querían competir con el asistente Siri de Apple o con el Google Assistant y el invento sólo ha salido regular. Veremos que traen las Navidades pero, si a mí me cae un Alexa, que sepan que lo devuelvo.