A 600 metros bajo el océano Pacífico, frente a la costa de Long Beach, una esfera de hormigón de 400 toneladas se prepara para hacer historia. No hablamos ni de una escultura, ni de un artefacto militar abandonado, no. En realidad, esta es una batería gigante, que forma parte del proyecto StEnSea y que ha sido desarrollado por el Instituto Fraunhofer IEE, la start-up Sperra y la compañía Pleuger Industries. ¿Su objetivo? Almacenar energía renovable mediante un sistema de bombeo, que traslada a las profundidades marinas el principio de las centrales hidroeléctricas.

La nueva apuesta en energía renovable tiene forma de esfera en el fondo del océano

Tenemos una esfera, hormigón y un nuevo tipo de batería gigante. Pero, ¿cómo funciona exactamente este proyecto? Según el comunicado publicado en la página web del Instituto Fraunhofer IEE, cuando existe un excedente de energía, una bomba expulsa el agua de la esfera al mar, cargándola. Al contrario, cuando se necesita electricidad, se abre una válvula en la esfera y el agua entra por presión natural, activando una turbina que genera energía.

La esfera, que actualmente tiene 9 metros de diámetro, tiene una potencia de 0,5 megavatios y una capacidad de 0,4 megavatios hora. En el futuro, el modelo completo se estima que tenga un diámetro de 30 metros. Bernhard Ernst, responsable del proyecto, ha asegurado que "las centrales eléctricas de bombeo son especialmente adecuadas para almacenar electricidad durante varias horas o incluso días. Sin embargo, su potencial de expansión es muy limitado a nivel mundial". 

Imagen de la esfera que fue testeada en el lago Constanza
Imagen de la esfera que fue testeada en el lago Constanza

Es por ello que el proyecto traslada su principio funcional al fondo marino, "donde las restricciones naturales y ecológicas son mucho menores". Además, el propio Bernhard Ernst afirma que "es probable que la aceptación ciudadana sea significativamente mayor". La instalación parece que podría ser operativa en 2026, en un proyecto financiado tanto por el Ministerio de Economía y Acción Climática de Alemania, como por el Departamento de Energía de Estados Unidos.

Los cálculos previos tienen emocionados a propios y extraños. Según los responsables del proyecto, existe el potencial de alcanzar 166.000 gigavatios hora de almacenamiento, en esferas que pueden durar hasta 60 años y que tendrían un coste de mantenimiento de unos 4,6 céntimos por kWh. Es por ello que podríamos estar ante una fuente de energía viable, escalable y de largo recorrido.

Bernhard Ernst finaliza el comunicado señalando que "con la prueba realizada en la costa de Estados Unidos, estamos dando un gran paso hacia la ampliación y comercialización de este concepto de almacenamiento". Y es que nuestro planeta necesita avanzar en proyectos que nos guíen hacia la descarbonización. En este caso, una esfera oculta en el océano podría ser la pieza clave para añadir a la ecuación de la transición energética.