La actividad del cerebro humano después de la muerte ha sido grabada por primera vez, es que un grupo de científicos se han dado a la tarea de hacerlo y han encontrado que estas ondas coinciden con las que se producen al recordar, meditar o soñar.

Este es un tema que sigue fascinando a la ciencia, ya que hasta el momento no se sabe que pasa exactamente en el cerebro cuando llega el momento de la muerte.

¿Cómo lograron grabar por primera vez la actividad del cerebro humano después de la muerte?

Muchas personas que han pasado por experiencias cercanas a la muerte aseguran haber visto pasar su vida delante de sus ojos.

Y aunque hay estudios con animales que están en el momento de su muerte y se han obtenido resultados que el cerebro sigue teniendo actividad una vez muertos. Este tipo de estudios no se había podido hacer en humanos.

Pero es que un grupo de neurocientíficos internacionales han logrado publicar un estudio con el que asegura que han podido grabar la actividad cerebral de una persona justo en el momento de fallecimiento.

Todo se dio debido a que el equipo venía haciendo seguimiento a unas personas que sufría de epilepsia.

Por lo que la actividad cerebral del paciente era monitorizada de forma continua mediante electroencefalografía. Todo para detectar las convulsiones y así poder tratarlas a tiempo.

Un sensor muy especial

Un sensor muy especial

Pero durante este proceso la persona ha sufrido un infarto y falleció, por lo que la actividad cerebral quedó registrada.

Uno de los investigadores ha indicado que han logrado medir hasta 900 segundos cerebral en torno al momento de la muerte.

Por lo que se han animado a investigar lo que ocurría en los 30 segundos anteriores y posteriores a que la persona fallece.

En sus estudios observaron que justo en esos momentos en los que había un aumento en las oscilaciones cerebrales.

Estas oscilaciones son patrones rítmicos de la actividad del cerebro de los seres vivos, por lo que han indicado que notaron cambios en una banda especifica de oscilaciones neuronales, las conocidas como oscilaciones gamma.

Pero también se notó oscilaciones en las ondas delta, theta, alfa y beta, por lo que los investigadores indican que los resultados en una sola persona no son un claro indicativo. Aun así, sí puede abrir la puerta a este tipo de estudios.