El proyecto Agreen, una iniciativa de innovación impulsada por Aigües de Barcelona con la colaboración de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y Cetaqua-Centro Tecnológico del Agua, ha demostrado la viabilidad del agua regenerada en el ámbito de la agricultura, tras dos años de trabajo experimental en la Agròpolis (UPC), ubicado en el Parc Agrari del Baix Llobregat. El proyecto ha evaluado el uso de agua regenerada procedente de las plantas depuradoras de Gavà-Viladecans y del Baix Llobregat en diferentes cultivos agrícolas, con el objetivo de validar su eficiencia agronómica, la seguridad y la viabilidad ambiental.

Agreen ha permitido estudiar de manera rigurosa los efectos del agua regenerada en diversos cultivos, en comparación con aguas de fuentes convencionales procedentes del acuífero del Llobregat o del río Llobregat. Los resultados del proyecto, presentados en la Agrópolis de la mano de AgrotechUPC, Aigües de Barcelona, el Ayuntamiento de Viladecans, Cetaqua y el Institut Agrícola Català de Sant Isidre, han confirmado que el agua regenerada cumple con creces los requisitos del Real Decreto 1085/2024 de reutilización del agua.

Rendimiento agronómico positivo

El agua regenerada ha demostrado también un rendimiento agronómico muy positivo, ya que los cultivos regados con esta agua han presentado una calidad y un desarrollo equiparables o superiores a los regados con aguas convencionales. Además, la presencia natural de nutrientes como el nitrógeno y el fósforo en el agua regenerada ha evidenciado un ahorro potencial de fertilizantes de entre el 5% y el 10%, y por lo tanto una reducción de los costes económicos y ambientales asociados para el sector agrícola.

En un momento en que la escasez hídrica amenaza tanto los recursos naturales como la actividad productiva del territorio y la necesidad de seguir trabajando por la descarbonización, el proyecto Agreen se erige en un proyecto pionero que ha demostrado cómo la innovación abierta y la colaboración del tejido empresarial, de las administraciones, del mundo científico y del sector agrario pueden generar soluciones transformadoras que contribuyan a la sostenibilidad y la resiliencia del territorio.