La pandemia del coronavirus ha hecho crecer las consultas al psicólogo durante el confinamiento. Con el paso de los días y semanas, la incertidumbre inicial ha dado paso a un periodo de adaptación y, desde que se han relajado las restricciones, a un cierto alivio. Según explica a la ACN Paco Díaz, vocal de la junta rectora de Delegación Territorial de Tarragona del Colegio Oficial de Psicología de Catalunya (COPC), están detectando más agresiones machistas, más consultas de parejas en crisis y más personas con cuadros de estrés –como profesionales sanitarios y de emergencias. Después de la experiencia de zonas como Tarragona, que llevan una semana en la fase 1, Díaz recomienda "equilibrar expectativas" durante esta fase y no salir "como si no pasara nada".

Según explica Díaz, el impacto más significativo del confinamiento en la población ha venido dado por el aumento de las situaciones de estrés. En este sentido, explica que han atendido demandas de duelo, y de los trabajadores sanitarios o de servicios de emergencias con mucha angustia o ansiedad. El más habitual, señala Díaz, han sido los problemas a la hora de gestionar este estrés y habituarse a la nueva realidad. También, de personas que ya presentaban problemas psicoemocionales previos que se han agravado por el hecho de no poder salir o relacionarse físicamente.

Según el psicólogo, los profesionales están notando un aumento de las agresiones machistas relacionadas con el estrés. "Si a una persona le cuesta controlar el estrés y la agresividad, imagina qué puede pasar en situaciones como estas en que el estrés va en aumento", avisa Díaz. Además, coincidiendo con la reapertura en la fase 1, los psicólogos están recibiendo muchas consultas de parejas en crisis. "Quizás con problemas que ya estaban latentes, pero que la situación actual ha hecho explotar", puntualiza.

Los psicólogos también se encuentran con pacientes que evitan afrontar la realidad y que dicen que el confinamiento les ha ido bien. Eso, por ejemplo, podría despertar trastornos agorafóbicos. "Tenemos que tener precaución y que no sea una conducta de evitación, porque tendremos que volver a salir," apunta. En el caso de las personas que sufren agorafobia, además, advierte que durante este tiempo han podido esquivar su fobia pero no lo han resuelto. Eso, dice, "puede ser un problema una vez tengan que volver a salir a la calle o al trabajo".

A pesar de todo, Díaz es partidario de huir de pronósticos catastrofistas y de centrar el foco en colectivos vulnerables como los sanitarios que "seguro sufrirán problemas psicoemocionales", las personas que han perdido familiares o amigos próximos, los que han tenido que vivir el confinamiento en soledad -cómo es el caso de muchas personas mayores- y las personas que ya tenían problemas graves de salud mental. "También otros grupos de población que han perdido otras cosas que no es la vida, como es la ruptura de pareja, la calidad de su puesto de trabajo o el propio trabajo," puntualiza.

No caer en la "trampa" del desconfinamiento

Después del choque inicial del confinamiento, los psicólogos destacan que la ciudadanía ha vivido "una fase muy potente de adaptación que hay que valorar". En las últimas semanas, apunta Díaz, la actitud ha tendido más hacia la rebeldía del "¡ya ha habído bastante!" y, sobre todo desde que se han relajado las medidas, cabe a una fase de alivio. Paco Díaz avisa, sin embargo, de que hay que ir con cuidado para no caer "en la trampa" de pensar que ya está todo superado y llama a "equilibrar expectativas" para no acabar frustrados delante la constatación de que la pandemia tiene efectos negativos, sigue vigente y puede rebrotar. "Aprovechamos lo que podemos hacer e intentamos disfrutar, pero no hacemos como si no pasara nada porque sí que estando pasando cosas", recomienda.

Sobre los niños y adolescentes, el representante de la delegación tarraconense del COPC constata que probablemente sean el grupo de población que se está adaptando mejor a la nueva realidad, pero vaticina que en los próximos meses pueden sufrir problemas de relación y de conducta. "Los padres y madres tenemos que trabajarlo mucho y aprender a ocuparnos mejor de las situaciones, tener más paciencia, saber comunicar y entender que aquello que nosotros vivimos no es lo mismo que están viviendo ellos", plantea Díaz.

Nuevos protocolos en la consulta

Durante el confinamiento, los psicólogos han explotado el recurso de las terapias telemáticas mediante herramientas "que pudieran garantizar la confidencialidad y la privacidad". En el caso de Tarragona, explica Díaz, durante la última semana han empezado a volver a las consultas con nuevos protocolos. Se han suprimido las salas de espera, se han espaciado las sesiones para poder desinfectar espacios y mobiliario, y se han introducido elementos como biombos, mascarillas y gel hidroalcohólico en las consultas.

Estos días el consejo que da Díaz es "ir poco a poco" y convertir las preocupaciones en pequeños problemas. "Las preocupaciones no se pueden resolver y sólo generan más preocupaciones. Ocupémonos de lo que podamos ocuparnos ahora", concluye.