Seguro que muchas veces te ha pasado que estás hablando de alguna cosa y poco después te salen anuncios sobre aquello en el móvil. Tú mismo puedes hacer la prueba: explícale a alguien, con el móvil al lado y durante unos minutos, que tienes ganas de hacer un viaje a algún lugar y verás como instantes después, cuándo vuelvas a utilizar el smartphone, te aparecerá publicidad de agencias de viajes. Por eso, en los últimos años se ha creado la leyenda urbana de que los móviles nos escuchan constantemente, sin embargo... ¿es verdad? La respuesta es que sí, pero si es así es porque nosotros lo hemos permitido.
Los giroscopios, la clave
Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford estuvo estudiando esta cuestión durante años y finalmente ha demostrado que los giroscopios, unos pequeños aparatos que se encuentran en nuestros teléfonos inteligentes son lo bastante sensibles para captar señales acústicas que se registran en torno a un teléfono. Además, pueden utilizar el procesamiento de señales y el aprendizaje automático para utilizar esta información, identificar al hablante e, incluso, analizar el habla.
Los sistemas operativos d'iOS y Android no requieren permisos especiales para acceder al giroscopio y, por lo tanto, las aplicaciones y el contenido web activo que no pueden acceder al micrófono pueden escuchar igualmente lo que se habla cerca del teléfono. Para demostrarlo diseñaron una aplicación para Android, Gyrophone, un captador de vibraciones de sonido en frecuencias de entre 80 y 250 Hz, con que han sido capaces de identificar quién hablaba y qué estaba diciendo.
Y eso no sólo pasa con nuestra voz. Otro estudio de la Universidad de Boston encontró más de 9.000 aplicaciones de Android populares que estaban haciendo en secreto capturas de pantalla o grabando vídeos de la actividad de los teléfonos para enviarlo a terceros.
¿Qué aceptamos?
Pero es que muchas veces los culpables que eso pase somos nosotros mismos, porque cuándo nos descargamos una aplicación lo aceptamos todo sin mirar. La mayoría a veces aceptamos las condiciones de privacidad sin plantearnos si para su uso hace falta que aceptamos la solicitud de acceso a nuestras fotografías, contactos o micrófono y, por lo tanto, los estamos dando permiso a mucha más información nuestra de la que necesitan. Por eso es tan importante leerse los términos y condiciones del contrato que suscribes con todas y cada una de las aplicaciones que te descargas y repasar bien qué permisos les estás dando, de la misma manera que tienes que controlar la actividad de tus cuentas a las aplicaciones.
¿Qué pasa con los asistentes virtuales?
En general, sólo tendríamos que necesitar activar el micrófono si utilizamos asistentes virtuales como Alexa o Siri, pero también tenemos que ser conscientes que aunque estos asistentes sólo se activan después de una palabra clave como "Ok Google" o "Alexa"', el cierto es que tienen que permanecer en una escucha activa para ser capaces de activarse cuando escuchen estas palabras. Por lo tanto, sí, también nos escuchan.
En este caso, sin embargo, es legal, porque cuando un usuario utiliza a un asistente virtual está aceptando los términos y condiciones del proveedor del servicio. Como ha dado su consentimiento, las compañías pueden rastrear las conversaciones con y utilizarlas para finalidades de marketing y publicidad.
¿Qué hacer?
Visto lo visto, coge tu teléfono móvil, ve a los ajustes y revisa qué permisos has dado a cada aplicación, porque seguro que te sorprenderás. Primero revisa todos los permisos que has dado a las aplicaciones y configúralo a fin de que las aplicaciones puedan acceder, únicamente, a los recursos imprescindibles para cumplir su función. Elimina también los registros de las actividades de vez en cuando, y desactiva la función de grabación de audio. Apple, Google y otros proveedores de servicios permiten eliminar el historial de dictado. Por otra parte, también puedes instalar una red privada virtual, que enmascara tu dirección IP y encripta tu tráfico en línea, mejorando así tu privacidad. La seguridad tecnológica sigue siendo un mundo oscuro lleno de interrogantes y hace falta que seamos conscientes.