La erupción del volcán de la Cumbre Vieja de La Palma nos ha dejado imágenes inéditas y nos ha consternado. La llegada de la lava, imparable, a las casas ha dejado decenas de familias sin hogar. Pero esta no es la primera vez que pasa una catástrofe similar. ¿Cómo afrontaron la lucha contra el magma en otros lugares del mundo?

Un caso es el del volcán Eldfell, en el este de la isla de Heimaey, en Islandia. El año 1973, ya hace casi cincuenta años, la noche del 22 de enero entró repentinamente en erupción. Se abrió un cono volcánico que estuvo activo durante casi seis meses y los habitantes tuvieron que ingeniársela para evitar que la lava devorara la isla.

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Piqsels

El sistema para parar la lava

Empezaba entonces la lucha entre los islandeses y la naturaleza. La lava parecía un enemigo imposible de parar. Desde un inicio se evacuó todo el territorio y la única muerte que se tuvo que lamentar fue la de un marinero que murió asfixiado. Pero, más allá de las casas, lo que les preocupaba era la supervivencia del puerto, su principal medio de subsistencia, ya que vivían de la pesca. Es por eso que todos los esfuerzos centraron a salvarlo. ¿Cómo podían parar la lava?

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Pxfuel

Los islandeses idearon un sistema. A través de un barco y una cuarentena de bombas de agua tiraban 100 litros de agua por segundo sobre la lava para ralentizar el desplazamiento. Y funcionaba.

En total, con la ayuda de las tropas norteamericanas, construyeron 30 kilómetros de cañerías y dispararon más de seis millones de metros cúbicos de agua del mar a la lava. Eso hizo que el magma, que, por suerte, era muy viscoso, no avanzara, hasta que, finalmente, se detuvo porque aceleraron su congelación. En total, la operación duró desde febrero hasta julio.

El volcán Eldfell destruyó casi 400 hogares y llegó a cubrir una gran parte de la isla con una capa de ceniza, que en algunos puntos llegó a los cinco metros. Pero el puerto sobrevivió.

Heimaey ahora

Un año después de la erupción, la mayoría de residentes habían vuelto a la isla, y ahora, casi cincuenta años después, sigue habitada. Actualmente, tiene una extensión de 13,4 km² y es la isla mayor del archipiélago de Vestmannaeyjar. Se encuentra a 7,4 kilómetros del sur de Islandia y tiene una población de 4.500 habitantes.

Esta isla está conectada a través de un ferri con el resto de Islandia, y cuenta también con el aeropuerto de las Islas Vestman, así que es fácil acceder. Todavía ahora este volcán hace erupciones ocasionalmente, lo que produce que se formen extrañas formaciones rocosas alrededor.