El Gobierno prepara una nueva ley del aborto que, entre otras medidas, prevé bajas de tres días (ampliables a cinco) por reglas dolorosas. En caso de salir adelante, España se convertiría en el primer país de Europa en aprobarlo. Otros países como Italia lo habían intentado anteriormente, pero, de momento, no ha prosperado en ningún sitio. Sin embargo, en otros lugares del mundo ya hace muchos años que existen estos tipos de permisos. ¿Quiénes y cómo lo hacen?

 

Aunque pueda sorprender, Asia es el continente dónde más normalizada está la baja por dolores menstruales. Japón fue el primer país a aplicarlo el año 1947 y desde entonces la ley se ha mantenido intacta. Las mujeres pueden coger tres días, pero la realidad es que sólo un 1% lo ha cogido alguna vez, ya que queda en manos de las empresas si se paga la baja o no. Seis años después, Corea del Sur copió el modelo japonés; en Indonesia las mujeres pueden coger dos días libres pagados al mes y Taiwán tienen tres días por baja por menstruación al año. Además, en países como China o la India cada vez son más las empresas que también crean este tipo de permiso.

En el continente africano sólo hay un país con este derecho, Zambia, donde las mujeres se pueden beneficiar de dos días al mes retribuidos. Mientras que en sudamérica, desde este mismo año, también existe a México, donde utilizan la misma fórmula que quiere aplicar España.

¿Qué quiere el Gobierno?

En el Estado, el ministerio de Igualdad trabaja para reconocer el derecho a la salud menstrual y para aprobar bajas por reglas dolorosas de entre tres y cinco días, según la gravedad. Además, proponen que los centros educativos y prisiones tengan que garantizar productos para la menstruación cuando haga falta y que todas las mujeres en riesgo de exclusión también tengan acceso para acabar con el renombre "pobreza menstrual". Si la ley sale adelante, estas medidas irían acompañadas de la eliminación del IVA para los artículos de higiene femenina.

También se prevé una baja laboral para la interrupción del embarazo y la garantía por|para la financiación pública de los anticonceptivos hormonales y de la pastilla del día después.