La Denominación de Origen (DO) Empordà afronta su vendimia más "especial" por la situación sanitaria generada por la Covid-19. Las bodegas de la comarca hace meses que toman medidas con el personal que trabaja para reducir riesgos y ahora encara la recogida con la voluntad de minimizarlos todavía más. A diferencia de otros puntos de Catalunya, en el Empordà la mayoría de bodegas tienen una plantilla estable que durante la vendimia "reconducen" y completan contratando algunos trabajadores extra que viven en la zona. "Aquí no hay tanto riesgo porque no se trae gente de fuera pero se tienen que tomar medidas igualmente", explica el presidente de la DO, Xavier Albertí.

Entre ellas y a la espera de un protocolo a nivel de todo Catalunya, hay garantizar la distancia de seguridad, control de temperatura, geles hidroalcohólicos, mascarilla y fijar grupos "estables" reducidos para minimizar los contactos.

La DON Empordà prevé empezar la vendimia el próximo 17 de agosto, casi diez días antes que el año pasado. La cosecha de este año, sin embargo, se enfrenta a una situación inédita hasta ahora: la crisis del coronavirus. Durante estos meses, las bodegas ampurdanesas han ido adoptando -como la mayoría de empresas- medidas para minimizar el riesgo de contagio y el objetivo es ahora adaptarlos a la recogida de la uva.

El presidente de la denominación, Xavier Albertí, remarca que el mundo vitivinícola ya ha tenido que aplicar protocolos no sólo por la parte agrícola sino también la industrial y la turística, por el enoturismo. "Se trata, en definitiva, de traducir las mismas buenas prácticas a la vendimia: control de temperatura, mascarilla siempre que sea posible y distancia".

Algunas bodegas, además, contemplan otras medidas. Entre ellas, la de crear grupos pequeños y "estables" con los cuales reducir al máximo el riesgo de transmisión del virus. Albertí asegura que el riesgo en la comarca es menor que en otros lugares de Catalunya porque aquí el personal temporal que se contrata es un añadido en las plantillas que muchas bodegas ya tienen y que, mayoritariamente, viven en la zona.

Pocos trabajadores temporales

"Hemos hecho una encuesta en las bodegas y no nos consta nadie que haya tenido que ofrecer alojamiento pero se tienen que tomar precauciones igual porque es gente que viene de fuera del ámbito de trabajo igual", detalla. En este sentido, aparte de estas medidas, se plantean la posibilidad de hacer pruebas serológicas al personal.

Además, están a la espera de un protocolo a nivel de todo Catalunya, que se ha elaborado en el Penedés y que les dará "más pistas" sobre cómo comportarnos.

 

Un responsable vigilando que se cumplan

Con todo, Albertí insiste en que la mayoría de bodegas "tienen claro" cómo tienen que actuar y que muchos ya han definido cómo afrontarán la vendimia. Es el caso de la Bodega Espelt, de Vilajuïga. Su directora Anna Espelt asegura que lo que prevén hacer es "parecido" a lo que ya han estado aplicando durante los primeros meses de la pandemia. En este sentido, dice que la distancia en las viñas es relativamente fácil de aplicar y que, además, el hecho de que sea un trabajo al aire libre lo facilita todo. A pesar de eso, el uso de la mascarilla, el gel hidroalcohólico y la distancia de seguridad serán indispensables en esta cosecha.

En esta bodega, han descartado los grupos reducidos pero han decidido que habrá una persona responsable de controlar que en todo momento se cumplan las medidas de seguridad. "Tenemos claro que hay un factor humano y, por eso, durante toda la vendimia habrá una persona que lo controle", afirma.

 

La vendimia, antes de tiempo

En relación a la vendimia, Albertí dice que también será especial porque ha habido algunos problemas añadidos como el mildiu –que en la comarca ha tenido una incidencia menor- y las abundantes lluvias de la primavera, que han provocado un exceso de humedades. A pesar de eso, asegura que estos últimos meses están siendo buenos y que, a pesar del adelanto de la cosecha, "parece que se podrá coger en condiciones y que tendremos un buen vino".

Albertí remarca, sin embargo, que prevén una producción menor por el factor lluvia y que estará al mismo nivel o "por debajo" de la del año pasado. "En cualquier caso, no estará por encima ni tampoco será desastrosa", augura.

Tampoco cree que una segunda oleada del virus en otoño puedan afectar la duración de la recogida, que acostumbra a acabar el mes de octubre. En este sentido, dice que hoy en día los tiempos los marca la maduración adecuada de cada variedad. "Procuramos dejarnos mandar por la uva y cogerlo en el momento que toca. Esperamos que podamos", añade.

La denominación de origen Empordà aglutina unas 1.800 hectáreas de viñas, 265 viticultores y una cincuentena de bodegas.