El marido de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarin, ya ha ingresado en la cárcel de Brieva, en Ávila. Lo ha hecho este lunes a las ocho y cuarto de la mañana, y tal como se había especulado cumplirá condena en el centro penitenciario de Brieva, una prisión de mujeres.

La entrada al centro ha sido discreta y alejada del foco mediático. La prisión de Brieva tiene un pabellón especial con cinco celdas, patio propio, comedor y salas de vis a vis.

Aunque el centro está a 106 km de Madrid, de momento la infanta y los cuatro hijos de la pareja seguirán viviendo en Ginebra.

La Audiencia provincial de Palma le dio cinco días al exduque para entrar en una prisión que él mismo podía escoger. Un día después de que el Supremo confirmara la sentencia de este caso de corrupción, la Audiencia de Palma le entregó en mano la orden judicial que ordenaba el ingreso a prisión y que le daba cinco días para presentarse voluntariamente. Urdangarin está condenado a cinco años y diez meses de prisión y llegó el domingo por la noche en avión de Ginebra.

Urdangarin está condenado por malversación, prevaricación, fraude a la administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias. Su exsocio Diego Torres, que cumplirá condena en Can Brians 2, está condenado a cinco años y ocho meses por malversación, prevaricación y fraude a la administración.

Reconocimiento y ficha

Una vez en la prisión, el cuñado del Rey tendrá que pasar los trámites habituales del primer ingreso. Se le hará una ficha y un reconocimiento médico, también tendrá que ser entrevistado por un equipo multidisciplinar formado por trabajadores sociales y psicólogos.

Como es habitual, el preso pasará la primera noche en el módulo de ingresos y después se lo trasladará a un módulo "de respeto" donde el interno acepta las normas de comportamiento, de higiene y de organización de la vida diaria de la prisión.

En ese mismo pabellón ya ‘residió’ otro ilustre preso, el exdirector de la Guardia Civil Luis Roldán, el cual se quejó del frío que pasó en plena meseta castellana, algo que llegó incluso a comparar con un gulag siberiano. En todo caso, parece ser que este no sería el caso del marido de la infanta, puesto que en los últimos tiempos se ha invertido más de un millón de euros en renovar la calefacción del centro.

Aunque el cuñado de Felipe VI ha podido escoger prisión, el propio centro puede analizar si la elección de Urdangarin es la más apropiada y, acogiéndose al artículo 75 del reglamento penitenciario, Instituciones Penitenciarias puede decidir cambiarlo.