La revista Mongolia ha sido absuelta de un delito contra los sentimientos religiosos del que fue acusada por haber publicado un número que contenía bromas y mofas sobre la religión católica, en una causa que tuvo como denunciantes al sindicato ultra Manos Limpias. El caso volvía a poner sobre la mesa el uso interesado de la justicia para perseguir opiniones contrarias a la suya por parte de asociaciones ultras que utilizan delitos decimonónicos, como la ofensa a los sentimientos religiosos. Muchos juristas consideran este tipo penal desfasado y contrario a la libertad de expresión. De hecho, la mayoría de las denuncias presentadas en los últimos 25 años por este tipo penal han acabado resueltas con archivos o absoluciones, como ha sido el caso contra la revista Mongolia y sus editores, Pere Rusiñol y Darío Adanti, este último también autor de la ilustración del pesebre.

Crítica a una festividad de relevancia social

En un auto, en el cual ha tenido acceso elDiario.es, el magistrado ha concluido que la revista no incurrió en el delito contra los sentimientos religiosos denunciado por Manos Limpias, ya que tanto la portada como el contenido de la revista que se burlaba de la religión católica "están amparados por el derecho a la libertad de expresión al estar relacionados con una crítica a una festividad de gran relevancia social". Y eso, añade el auto, "con independencia de los sentimientos de los denunciantes y del carácter chabacano, grosero e insulso que pudiera predicarse" por los mismos.

Para el juez, en la portada de Mongolia no hay intención de ofender a los creyentes mediante el escarnio, entendido como burla tenaz que se hace con el propósito de afrontar los sentimientos de los miembros de la confesión religiosa cristiana”. De hecho, el magistrado cree que se puede sostener que la intención de la portada satírica era "criticar, negar o resaltar la irracionalidad intrínseca a lo que son dogmas de fe, con mayor o menor acierto y términos aceros".

Denuncia de Manos Limpias

El auto del magistrado Sergio Escalona que imputó a la revista ya sus editores, de una sola página, se limitaba a señalar que de la denuncia de Manos Limpias se deducen "hechos que presentan características de que hacen presumir la posible existencia de infracción penal". La denuncia, sin embargo, no concretaba exactamente, como exige en teoría el derecho penal, qué contenidos de la revista Mongolia ofendieron sus sentimientos cristianos. Manos Limpias se limitaba a señalar que en 14 páginas del número de diciembre del 2022 de Mongolia, "se vierten una serie de reportajes y artículos gravemente atentatorios" contra la religión católica. En la portada de Mongolia aparecían José, la virgen María y un dibujo de una caca sonriente representado al niño Jesús, con el título: Navidad. ¡Ha nacido el hijo de Dios! ¡Igualito al Padre! En la vista celebrada el 26 de julio de 2023, ante el juzgado de instrucción 12 de Barcelona, el periodista y uno de los editores, Pere Rusiñol, alegó que la sátira del belén no buscaba vejar la religión, sino que está amparado por la libertad de expresión al suponer una "crítica social" al catolicismo. Ante el juez, los editores se defendieron que no pretendían ofender los sentimientos religiosos de los cristianos, sino hacer crítica social de un "ultracatolicismo" que, en su opinión, ataca a los derechos humanos.