Los acusados de todos los procesos están citados bajo advertencia de detención. Ello significa que si no se presentan, el juez puede pedir a la policía que los vaya a detener y los lleve a la fuerza. El retraso de Artur Mas, Joana Ortega y Irene Rigau hubiera podido acabar así. De hecho, ha ido de minutos.

Los tres acusados, Artur Mas, Joana Ortega y Irene Rigau, han llegado al TSJC casi media hora más tarde de la hora prevista para empezar el juicio. No es la primera vez que un juicio empieza tarde. De hecho, es habitual que los juicios no empiecen a la hora. Sin embargo, lo que no es normal es que eso pase porque el tribunal esté esperando a los acusados.

Habitualmente la estampa está en la inversa. Acusados, defensas y testigos soportan una larga espera entre pasillos, mientras el tribunal, el juez o el fiscal ultiman los preparativos de la vista.

Mas, Ortega y Rigau han cruzado la puerta del TSJC a las 9.27 h, un minuto más tarde pasaban por los Pasos Perdidos del Palau de Justícia, hoy acordonado por los Mossos d'Esquadra, muy nerviosos, por la presencia de prensa acreditada y alcaldes con varas y móviles.

Los abogados han entrado bastante antes. De hecho, a las 9 h estaban en su sitio, pero hasta las 9.20h no han cogido posiciones a los pasillos que llevan a la sala de vistas.

Justo a aquella hora el tribunal presidido por el presidente del TSJC, Jesús Maria Barrientos, ha advertido a los abogados que si llegaban más tarde de las 9.30 h, convocaría una vista donde se decidirían las medidas a tomar.

En este tipo de reuniones, las partes piden las medidas. Desde aplazar el inicio del juicio hasta el requerimiento a la policía para que los vaya a buscar, los detenga y los lleve a la fuerza. Mas, Ortega y Rigau han llegado a la puerta de la sala donde se hace el juicio a las 9.27 h, tres minutos antes de que se acabara el plazo advertido por Barrientos.

Los acusados han entrado a la sala de vistas a las 9.42 h y a las 9.45 h se ha hecho el mudo, las imágenes que los medios de comunicación emitirán de los tres imputados sentados en el banquillo de los acusados, los miembros del tribunal y fiscal y defensas.

Una vez dentro, los magistrados no han dicho nada sobre el retraso.